El difusor de la cultura contemporánea

Begoña Rodríguez Sotelino
begoña r. sotelino VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

M.MORALEJO

El Museo Marco de Vigo se recompone exhibiendo préstamos de grandes colecciones como la de Telefónica

31 may 2019 . Actualizado a las 12:09 h.

Está en el corazón de la ciudad, rodeado de las franquicias con el presupuesto necesario para pagar un alquiler millonaria en la calle del Príncipe. Para descansar de estímulos banales, una puerta que se abre a la contemplación de creaciones nacidas de la reflexión y la estética.

Para tener la edad de un adolescente atolondrado, el Museo de Arte Contemporáneo de Vigo ya tiene una historia convulsa para contar. Quizás tenga algo que ver la fecha de su apertura en su suerte, ya que se inauguró el 13 de noviembre del 2002, el mismo en el que se hundió el Prestige o que nació en los años del optimismo y el derroche, pero la crisis que vino después y la falta de apoyos derivada de la misma casi lo hunde. El proyecto cultural más importante del Vigo del nuevo milenio tardó casi una década en gestarse con ilusión en una ciudad que carecía de casi todo, pero empezaba a sonar, por ejemplo, en los circuitos internacionales de las estrellas de la música. La apertura del Marco fue como entrar de nuevo en la modernidad después del hastío de la movida.

El centro vigués se colocó pronto como un museo de referencia en el panorama del arte contemporáneo al no limitarse a ser un contenedor de cuadros, sino generar dinámicas con otros espacios, colaborar con otros museos en la organización de exposiciones, dar cancha a nuevos creadores, acercar a Vigo a artistas vivos de talla internacional y albergar eventos más allá de la plástica, desde festivales de videocreación a conciertos.

La zozobra se apoderó del Marco hace un par de años. Con la marcha de su segundo director, el Concello de Vigo tomó las riendas. Ahora vive un impás que hace albergar esperanzas a un sector abatido. Desde mediados del año pasado la Fundación Telefónica tiene mucho que decir en una programación que ha eliminado riesgos y osadías difíciles de entender. Antes ya era el museo vigués con más visitantes anuales (superó los 116.000 en el 2011 y rozó los 89.000 en el 2016)

Después de la exposición dedicada a Verne cedida por la entidad, el Marco acaba de inaugurar Destacados, una impresionante muestra que ofrece la oportunidad al espectador de encontrarse a un palmo de varios cuadros de Picasso, Juan Gris, Magritte, Delvaux, Tàpies, o una sala entera dedicada a Chillida. Al lado de algunos de ellos han colocado piezas de la colección municipal (de Grandío a Granell, Seoane, Castelao, Lugrís o Colmeiro), que prueba así otra estrategia menos tosca para hacer hueco a los cuadros de Castrelos colocándolos en un lugar que se creó para ser, más que pinacoteca estática, vía para entender el arte que nos conecta a la vida actual.

También se exhibe actualmente en bucle Rescatada, un documento fílmico histórico datada entre 1951 y 1952, procedente de los archivos de la familia Beiras Cal. El Marco es un oasis en medio de la vorágine comercial que muchos ciudadanos aprovechan para desaparecer entre sus muros gruesos, a deambular entre salas llenas de arte en una estructura arquitectónica radial controlada por un panóptico central que deja adivinar su pasado como cárcel. En su interior hay más que exposiciones. Por ejemplo, el restaurante que gestiona el chef Miguel Oliveira y ofrece en un ambiente tranquilo, menús diarios siempre con un comodín vegetariano alimentados por el mismo espíritu creativo, con terraza a la calle si se prefiere el bullicio.

Su salón de actos alberga cursos y se celebran actos de forma periódica. En la planta superior tiene una biblioteca mediateca que dispone de amplia bibliografía sobre arte y al lado, un espacio de talleres infantiles del que se ocupa un departamento de didáctica que tienen abandonado, como el Espacio Anexo.

El detalle. En la planta superior quedan días (hasta el 2 de junio) para ver la exposición del escultor lucense Álvaro de la Vega, que creó específicamente para el Marco esculpiendo 375 personajes en madera de eucalipto. 

Dónde. Calle Príncipe, 54. Martes a sábados (festivos incluidos) de 11.00 a 14.30 y de 17.00 a 21.00 horas. Domingos de 11.00 a 14.30 horas. Todos los días a las 18.00h. Visitas a la carta para grupos, previa cita tel. 986 113 900