«Soy el alcalde de la economía»

Diego Pérez Fernández
diego pérez VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

M.MORALEJO

Caballero seduce a los empresarios con 50.000 parcelas edificables y suelo industrial, y reinventa Vigo como ciudad turística gracias a sus muchos activos y «un poquito de inglés»

08 may 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Buena parte del poder económico de Vigo acudió ayer al Círculo de Empresarios de Galicia para escuchar al alcalde y candidato del PSOE a la reelección, Abel Caballero. No fue una cita más. Sabedor de la ventaja que le otorgan las encuestas y empujado (¿acaso lo necesitaba?) por la corriente ganadora de las generales, el socialista quiso seducir con un proyecto que él define como transversal y al margen de ideologías a protagonistas del mundo de los negocios y a representantes de organizaciones tradicionalmente afines al PP.

«Me gusta decir que soy el alcalde de la economía», espetó Caballero en un momento de su intervención durante el almuerzo-coloquio. Y acto seguido estaba desgranando claves especialmente dirigidas al público que le escuchaba. En primer lugar, la creación de nuevo suelo industrial en las zonas de Baruxáns, Cruceiro, Balaídos y Valadares, apoyándose en la Zona Franca. Y, al hilo de la tramitación provisional del nuevo Plan Xeral, ya puestos adelantó que mañana jueves la Gerencia Municipal de Urbansimo dará luz verde a 50.000 parcelas edificables en la ciudad.

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Otro guiño a los empresarios: habrá un nuevo departamento municipal dedicado a la economía, que coordinará a varios de sus concejales. Alguno de ellos, el de Turismo, tendrá la encomienda de promocionar la marca Vigo a nivel internacional. El alcalde no dedicó mucho tiempo a hablar de industria, pero sí hizo un alto en el camino para explicar que «Vigo se ha convertido en una ciudad turística». Lo decía por los congresos y eventos que atraen visitantes y han generado una alta ocupación hotelera de un tiempo a esta parte. Y por las luces de Navidad, claro. Porque la reinvención de la ciudad, aseguró Caballero a los empresarios, es producto de la puesta en valor de sus muchos activos (la gastronomía, las islas Cíes, las playas, los conciertos...) y de «un poquito de inglés», dijo entre su propia sonrisa y las de los presentes, que enseguida visualizaron en su memoria los ya famosos speeches del regidor que dieron la vuelta a España el pasado mes de diciembre.

¿Y Peinador? Ah, ahí la cosa ya se puso un poco más serio. Coincidía que ayer, martes, era un día señalado en rojo en el calendario: Ryanair ofreció su último servicio en el aeropuerto vigués después de tres años engordando las cifras de pasajeros. «Creyeron que me iban a chantajear porque estaban las elecciones cerca», se arrancó Caballero. Según el dirigente socialista, la compañía irlandesa no garantizaba los vuelos pese a reclamar más ayudas municipales, y eso era una especie de soborno intolerable. No podían faltar los dardos a la Xunta y los volvió a lanzar: el candidato se preguntó quién está pagando los vuelos de Ryanair en Santiago «si ese ayuntamiento no tiene dinero».

Otras cuestiones no ocuparon tanto tiempo del discurso como el turismo. Pasó de puntillas por la desaparición de Caixanova («Perdimos alguna batalla, pero no la guerra. Aunque ya está, eso es algo que forma parte de la historia») y por la Autoridad Portuaria («El presidente sabe que cuenta con mi apoyo»). Y tampoco se aventuró a dar plazos para algunas de las infraestructuras a las que Vigo lleva dando vueltas una eternidad, con alternancia de gobiernos socialistas y populares en Madrid, como el AVE y el nuevo trazado de la autovía a O Porriño. En ambos casos culpó al Ejecutivo de Rajoy por guardar los proyectos en el cajón y dejarlos caducar. El alcalde venía de hablar por teléfono con la presidenta de Adif y aseguró que el estudio de impacto ambiental de Cerdedo ya está en marcha.

Lo cierto es que nadie en la sala dudaba de la continuidad de Abel Caballero como alcalde. Quizá por ello la presidenta del Círculo de Empresarios se acordó de su condición de marino mercante para animarle a llevar el barco a buen puerto, justo antes de que Carmela Silva le citase una de sus pelis favoritas: «Oh, capitán, mi capitán, en tus manos dejamos Vigo para que nos dirijas».