El estreno de Manuela del Estanco

VIGO CIUDAD

Oscar Vázquez

El nuevo personaje refleja a una viguesa real de 1909 y contribuye a dar visibilidad a las mujeres en la fiesta

01 abr 2019 . Actualizado a las 21:49 h.

Las mujeres en la Reconquista de Vigo de 1809 han sido ninguneadas por la historia. Apenas aparecen en las crónicas, en buena parte porque el poder no les pertenecía. Los regidores, los militares, los protagonistas de primera línea eran varones. Y también los cronistas que luego los cantaron. El resultado es que apenas conocemos el nombre de un puñado de heroínas de la victoria sobre las tropas de Napoleón. Los papeles de la época solo mencionan a la mujer del alcalde Vázquez Varela y a una tabernera llamada Juana Rial, en cuyo establecimiento fueron asesinados a bayoneta tres paisanos. Al resto tenemos que buscarlas en los libros parroquiales de difuntos, donde aparecen menciones a veces de hechos heroicos, como mujeres que atacan a las tropas francesas, arrojándose armadas con aperos de labranza sobre sus caballos, con el resultado de morir a sablazos.

Pero hay una mujer olvidada que apenas ha aparecido en las crónicas. Y que este año se incorpora a la recreación de 1809: Manuela del Estanco. La interpretará Rosi Laranxeira, una viguesa que lleva años colaborando con la fiesta: «Estoy encantada porque hay que dar a conocer el papel de las mujeres en la Reconquista», explica. Desde la Asociación de Vecinos del Casco Vello, Fiz Axeitos resalta lo mismo: «La historia fue escrita por hombres y marginó a las mujeres… así que queremos hacer justicia», afirma. Por eso cada año hay más personajes femeninos, incluida la heroína Aurora, «que ya sabemos que nunca existió, es una invención de un cronista del siglo XX; pero representa a todas las mujeres olvidadas, al igual que el viejo marinero Carolo representa a todos los vigueses de a pie», explica Axeitos, alma incansable de esta fiesta.

Lo cierto es que, de Manuela del Estanco, poco sabemos más allá de su nombre. Lo cual ya es mucho, porque las mujeres no aparecen mencionadas casi en ningún lado en las crónicas de la época.

A esta heroína la menciona un paisano del que solo sabemos su apellido: Villuendas. Se trata de un vigués que ejerce como agente secreto durante la ocupación francesa, llevando y trayendo mensajes de los sublevados, saboteando a las fuerzas napoleónicas y participando en el contrabando de armas y municiones hacia el exterior de las murallas. En una carta al alcalde Vázquez Varela, Villuendas escribe: «No pudimos verificar Don Norberto y yo la salida ayer noche a causa del fuego que los franceses nos hicieron del baluarte de la Rúa de la Lama a la Puerta de los Carneros», explica el hombre, que señala además lugares donde hay municiones: «Y también le dije dijese a vuesa merced que en casa de Doña Manuela del Estanco había un cajón de cartuchos para que los recogiese vuesa merced y, si hay proporción, mandarlo».

Esto es todo, pero no es poco. El tal ciudadano Villuendas aparece mencionado en varios papeles que encontramos en la colección Duque de Bailén de la Biblioteca Nacional. De algún modo, ejercía como agente secreto, llevando mensajes entre los sublevados, dentro y fuera de las murallas de la villa. Y, también, proporcionando munición a los campamentos vigueses. Algunos de aquellos cartuchos los fabricaban las mujeres en secreto y sabemos que los almacenaba Manuela del Estanco, quien, por tanto, administraba un almacén para la venta de productos sometidos a impuestos especiales del Estado, como era la sal en aquella época. En el medio de los sacos de mercancías, nuestra heroína ocultaba de estraperlo armas contra los franceses.

Los cartuchos que tenía Doña Manuela del Estanco en su casa probablemente provenían de los que los vigueses les robaban a los franceses regularmente. De hecho, los frailes de San Francisco se ocupaban de ello, al convertirse el convento en un hospital de campaña. Lo cuenta el fraile Justino Álvares: «Desocuparemos a estos futres enfermos las cartucheras, para cuyo objeto no deje de decirle venga sin falta para que se haga que los enfermeros me ayuden, empresa arriesgada, espero me disfrazaré y tomaremos todas las precauciones necesarias para que no nos conozcan; hay algunos fusiles a la cabecera de los enfermos y don Julián dice que se le han de quitar también porque se necesitan fuera, esto me parece más arriesgado».

Los vecinos también ocultan los víveres a los ocupantes franceses. Así se lo cuentan por carta al alcalde Vázquez Varela el 26 de marzo, el día previo al asalto a Vigo: «Señor Juez: acabamos de avisar a todos los vecinos que oculten todos los víveres y comestibles que tengan en un paraje a propósito para que no los vean los que vuesa merced y don Julián nos han prevenido». Estas operaciones de sabotaje contribuyeron a la victoria de los sublevados vigueses contra los ocupantes franceses. Y, entre los héroes de la resistencia, estaba jugándose la vida Manuela del Estanco. Una viguesa que hoy será representada por otra: Rosi Laranxeira, ciudadana de dos siglos después. Y que nos permitirá recordar que las chicas son guerreras. Y que ya lo fueron en 1809, aunque nadie entonces les hizo justicia.

La Bujía del Domingo

Por

Eduardo Rolland