Mateo Mena y Ramón Souto reproducen el canto de los grillos con electroacústica

VIGO CIUDAD

«Gryllidae» se podrá escuchar hoy en las escaleras del Museo Marco, en la calle del Príncipe

21 mar 2019 . Actualizado a las 09:07 h.

El escenario se situará hoy a las 19.00 horas en las escaleras del Museo Marco, en la calle del Príncipe. Allí, los compositores Mateo Mena y Ramón Souto, director de Vertixe Sonora, presentan Gryllidae dentro del programa CreaVigo´19.

En septiembre del 2017, diplomáticos de la embajada estadounidense en La Habana informaron de sufrir síntomas como mareos, vértigos, confusión mental, sordera parcial y lagunas en el vocabulario básico. En un principio se achacaron estos síntomas a una exposición a sonidos persistentes de origen desconocida. Investigaciones posteriores confirmaron que los registros coincidían nítidamente con el canto de individuos machos pertenecientes a la familia de los anurogryllus celerinictus, grillos, sus alas durante el cortejo.

A partir de ese precedente natural, y con el sobrenombre de Buzz y el uso de transductores electroacústicos modificados, Mateo Mena y Ramón Souto reproducen las músicas de estructura regular y notable complejidad de estos ortópteros descritos por primera vez en el ano 1973 por Thomas J. Walker: duración, repetición, intensidad, estabilidad y oscilación. Contarán con la colaboración del biólogo José María Sánchez Fernández, de la Universidad de Vigo, y el taller de Severino García Seijo y de Blanca Viñas.

A través del Instituto Galego de Sonoloxía (IGAS), Vertixe Sonora desarrolla proyectos de experimentación sonora en la intersección de arte, ciencia y tecnología, y promociona colaboraciones internacionales que aúnan arte y nuevos medios, participando activamente en un desarrollo sostenible, racional y significativo de tecnologías de futuro.

El discurso teórico de esta experiencia plantea la pregunta de si podemos hablar de música cuando nos referimos al canto de los grillos, cuya complejidad y cadencia de sonido durante el cortejo casi vuelve locos a los diplomáticos norteamericanos en La Habana.