Cerca del 7 % de los ourensanos mayores de 65 años acabarán desarrollando un glaucoma

e. filgueira OURENSE / LA VOZ

VIGO CIUDAD

cedida

El riesgo es superior a la media del resto del país

12 mar 2019 . Actualizado a las 20:43 h.

En Ourense el riesgo de padecer un glaucoma, y padecerlo de una forma más agresiva, es superior al del resto del país. «Tenemos una patología relacionada con una alteración genética que se llama pseudoexfoliación, y que heredamos de los escandinavos, que nos afecta más en Ourense y Vigo que al resto de la población», apunta la oftalmóloga Paula Vázquez de Parga.

Esta alteración genética implica no solo que el número de casos de glaucoma en la provincia sea más elevado, sino que apareja que los casos sean también más agresivos. «Además hay que sumar el factor de que el glaucoma es una enfermedad silenciosa que va dañando el nervio óptico sin que nos demos cuenta y cuando se hace el diagnóstico ya existe una pérdida de visión imposible de recuperar. Por eso es tan importante la prevención. En Madrid no se ven tantos casos como aquí y eso que en proporción por la población lo lógico sería que hubiera más», señala la especialista.

Un total de 10.000 personas en Ourense sufren esta enfermedad, que tiene especial incidencia en diabéticos y pacientes con una miopía avanzada. Cuanto mayor es la edad mayor es también la probabilidad de desarrollar un glaucoma y Ourense presenta una población altamente envejecida. «El 7 % de los mayores de 65 años acaban teniendo un glaucoma. Y esto va aumentando conforme lo hace la edad», añade Vázquez de Parga

Los tratamientos están enfocados no solo a frenarla, sino a conseguir que el avance -en los casos en los que resulta inevitable su desarrollo- sea mucho más lento. «Se intenta evitar que el paciente llegue a perder por completo su campo visual porque lo imposibilita para tareas como conducir, aunque no haya perdido la visión por completo», profundiza.

Ayer se celebró el Día Internacional del Glaucoma en todo el mundo y desde el CHUO recordaron que la prevención resulta imprescindible teniendo en cuenta, además, que la enfermedad tiene un alta carga genética, por lo que si se tienen antecedentes familiares es importante someterse a revisiones. «En el primer escalón de los tratamientos estaría el de los colirios hipotensores para rebajar la tensión ocular, que generan un efecto local y que no provoquen problemas a nivel sistémico como sí ocurría antes que podían afectar incluso al corazón», recuerda la especialista. También se llevan a cabo desde la unidad de glaucoma del CHUO intervenciones con láser, escasamente invasivo, y cirugías. «Desde hace ocho años estamos colocando unos dispositivos en el ojo que en algunos casos no consiguen bajar la tensión del ojo tanto como en la cirugía tradicional pero la intervención y el posoperatorio no entrañan tanto riesgo ni efectos secundarios», ahonda Vázquez de Parga sobre la nueva metodología.

Aunque el coste de estos dispositivos es elevado, se consigue que el paciente pueda incorporarse rápidamente a su vida normal y se reduzca el riesgo de sufrir complicaciones.