1989: La primera gran narcolancha transportaba sal

J.R. VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

J L ABALO

Se hizo en O Grove con 20 metros de eslora, mayor capacidad de carga y combustible que las lanchas de entonces; Aduanas la requisó en la ría de Vigo, se llamaba Sipra, acrónimo de Sito Prado (Miñanco)

18 mar 2019 . Actualizado a las 16:27 h.

La Voz de Galicia, 12 de marzo del 1989: «El Ministerio de Hacienda tuvo conocimiento de que en los varaderos de Noalla, en O Grove, se encontraba en fase de armamento una espectacular embarcación, fabricada en poliéster, cuyo casco muy posiblemente había sido transportado a Arousa desde algún astillero del extranjero o de otro lugar de España». Lo siguiente, recoge la información, fue montar un servicio de control del bote, pero los contrabandistas lograron burlar el cerco de Vigilancia Aduanera al requerir los servicios de una empresa de remolque para trasladarla a otro punto. «En ese proceso fue interceptada por lanchas del Aduanas a la entrada de la ría de Vigo. La embarcación fue conducida a la ETEA (Escuela de Transmisiones y Electricidad de la Armada). Nadie se ha presentado a reclamarla».

No hizo falta, su nombre ya la delataba. Y es que el «espectacular» bote se llamaba Sipra, acrónimo de Sito Prado, en alusión José Ramón Prado Bugallo, conocido por Sito Miñanco, entonces presidente del Club Juventud Cambados y en la cresta de la ola. Fue la primera gran narcolancha requisada en las Rías Baixas y La Voz recogió el éxito policial en una plana que ya adelantaba lo que estaba por venir un año después con la operación Nécora (junio de 1990). Lo que no detallaba la información era que unos meses antes, en algún punto entre las rías de Arousa y Pontevedra, la Sipra ya fue atisbada por otra patrullera de Aduanas.

«Nos vieron, empezaron a acelerar y estuvimos persiguiéndola un buen rato, al final se paró e hicimos una inspección», explica un funcionario que vivió aquel operativo hace tres décadas. Pero la gran sorpresa aún estaba por llegar con el descubrimiento de la mercancía almacenaba en la proa cabinada. Dicho producto, aunque blanco y en polvo, no era ningún tipo de droga. Se trataba de sal, género que, concluyeron los investigadores, se utilizó para ensayos de carga y de potencia en este bólido acuático. «Hacían pruebas de velocidad con una carga ficticia, los que iban a bordo no tenían los papeles de la lancha, creo que los entregaron después, pero la normativa de entonces no permitía, como sí ocurre ahora, el decomiso de estas planeadoras a no ser que las cogieras con mercancía ilegal. Solo había que pasear por los puertos de Arousa para verlas todas amarradas», añade el funcionario de Aduanas. La investigación previa al decomiso de la Sipra permitió descubrir «la presencia permanente cerca del astillero donde estaba siendo armada la lancha de un Audi 1.000 diésel que resultó estar a nombre de una entidad inmobiliaria de Cambados». No pasó mucho tiempo hasta que se «descubrió que el administrador de la sociedad era José Ramón Prado Bugallo, alias Sito Prado».

Vaticinio

Las fuentes consultadas entonces por La Voz ya detallaban lo que se acabaría probando judicialmente años después: «Prado Bugallo es solamente uno más de los presuntos capos de la malla contrabandista de Arousa». Lo que no explicaron, tal vez por prudencia, era que Miñanco, con la construcción de la Sipra, ya evidenciaba su forma de entender el negocio, primero, del contrabando y, después, del narcotráfico. Y es que sus organización, de siempre, contaban con astilleros y flota propia de barcos para moverse a su antojo por el Atlántico. La fijación de Prado Bugallo con estas embarcaciones volvió a quedar de manifiesto, al menos policialmente, en febrero del 2018. Concretamente el día 3, coincidiendo con la ejecución de la operación Mito. El Astillero Facho -frente a la isla de A Toxa, en la bocana en la ría- lleva años ligado a la familia Miñanco en general y a Sito en particular. Allí se escondía, en un anexo, un taller clandestino con dos planeadoras de gran tamaño listas para trabajar. Los agentes de Greco Galicia de la Policía Nacional y la Audiencia Nacional no dejan lugar para la duda en sus informes: «La ría de Arousa, Vilagarcía y proximidades eran el lugar que ellos utilizarían como vía de salida de los astilleros O Facho y como vía de entrada del estupefaciente (cocaína) importado».

La Fundación Galega contra o Narcotráfico también pone la lupa en la presunta reincidencia del arousano. Lo explica el gerente de la entidad, Fernando Alonso: «Debería sorprendernos que treinta años después sigamos deteniendo a los mismos y por el mismo delito... En 1989 se detuvo en la ría una planeadora de Sito Miñanco. Hoy, treinta años después y hasta el año pasado, se seguían fabricando presuntamente, eso sí, en O Facho. Evidentemente hay algo que no estamos haciendo bien [...] esa multirreincidencia de los grandes narcos es un serio problema de seguridad, que genera sensación de impunidad y un claro efecto llamada para redes criminales de otros paises, además de un problema de seguridad porque tenemos traficantes, entre los más buscados de Europa, que reiteran su delito una y otra vez».