Los jefes de los centros de salud de Vigo vuelven a dimitir

VIGO CIUDAD

Xoán Carlos Gil

Después de que el Sergas rechazase su cese inicial, renuncian de nuevo porque entienden que no se solucionan los problemas de la atención primaria

13 mar 2019 . Actualizado a las 12:33 h.

Los jefes de los centros de salud de Vigo vuelven a dimitir. Lo hicieron por primera vez hace tres meses. En aquel momento, el Servizo Galego de Saúde no aceptó sus dimisiones y entonces se iniciaron conversaciones entre la administración sanitaria y el grupo de dimisionarios, a partir de las cuales el Sergas asumió el compromiso de hacer un plan de choque para el área de Vigo mientras preparaba el nuevo modelo de atención primaria para toda Galicia. Pero los jefes de servicio consideran que no se han implantado soluciones concretas y por eso esta tarde 22 de ellos han anunciado su «dimisión irrevocable». Sanidade ya no se podrá negar a ella, como sucedió con la primera.

El detonante de esta nueva renuncia ha sido la reunión que tenían prevista la semana pasada con el conselleiro de Sanidade y que resultó fallida. Jesús Vázquez Almuiña apareció acompañado del equipo directivo del área sanitaria de Vigo, a pesar de que los jefes de servicio habían avisado de que no los consideraban interlocutores válidos. El encuentro consistió en 50 minutos en los que el conselleiro trató de convencer a los médicos de que aceptasen negociar medidas y estos contestaron que no lo harían si estaba el equipo directivo de Vigo. Almuiña y los representantes de los dimisionarios estaban en una sala y los directivos del conselleiro esperaban en la puerta. Hasta que los jefes de servicio se marcharon.

En ese momento, solicitaron a Almuiña el cese de Félix Rubial y su equipo y empezaron a planear la nueva dimisión en bloque, que han venido preparando con sigilo. «Solo en el caso de que haya un cambio de personas en la dirección de la EOXI [Estrutura Organizativa de Xestión Integrada] de Vigo nos replantearíamos esta decisión», han advertido. Este miércoles formalizarán su renuncia. «Primero negaron la realidad y nos acusaron de tener intereses políticos. Solo nos mueven intereses profesionales, es una cuestión ética», atajó el pediatra Luciano Garnelo, que hizo un llamamiento a la despolitización del sistema sanitario. Aseguró que la decisión de redimitir es «muy difícil». «Es muy desilusionante llegar a esto», enfatizó la médica Pilar Cobas. «A partir del jueves dejamos de ejercer. Yo estoy dimitido a todos los efectos. Si la gerencia me quiere expedientar, me expedientará», abundó el médico Manuel Sardiña.

Como en el mes de diciembre, 22 personas se han sumado a esta dimisión colectiva -aunque en la ocasión anterior se incorporaron tres más en los días siguientes-. Para preparar aquella renuncia se redactó un escrito y a lo largo de diez días los médicos fueron firmándolo. En este caso, hoy se lanza la dimisión y luego se irán sumando los que quieran, si bien es cierto que el asunto ha sido largamente debatido por los propios facultativos en reuniones y conversaciones en los últimos días.

En estos tres meses desde la renuncia inicial, la Consellería de Sanidade ha anunciado algunas medidas: el retraso de la edad de jubilación de los 65 a los 70 años de forma voluntaria, el nuevo contrato de un año para que los médicos jóvenes hagan sustituciones de manera estable (que también se ofrece en Portugal con la promesa de salarios de 61.500 euros), una oferta pública de empleo (OPE) de 254 plazas de médicos de familia y 93 de pediatras, un plan de inversiones de 17,3 millones de euros en los próximos dos años para equipamiento y reformas en los ambulatorios y la solicitud de una convocatoria extraordinaria del mir al Ministerio de Sanidad para médicos de familia y pediatras. En el área de Vigo, los facultativos habían solicitado también tener acceso a pruebas diagnósticas y el lunes el Sergas activó el plan para que los doctores de familia puedan pedir colonoscopias, gastroscopias y tacs craneales, las únicas que no tenían disponibles en Vigo y que sí lo estaban en otras áreas. Con ello, el Sergas asegura que «deu resposta puntual a todas as demandas plantexadas».

Algunas de ellas son medidas que los dimisionarios valoran con mayor o menor entusiasmo. La OPE, por ejemplo, es aplaudida. No creen que el nuevo contrato para jóvenes vaya a servir de algo y también consideran que el incremento de plazas de residentes servirá para que España se convierta «en el mayor exportador de médicos de la Unión Europea».

Pero lo principal, dicen los médicos, sigue sin solucionarse. Al entender de la junta de jefes de servicio y unidad, lo principal es la sobrecarga asistencial. Los médicos están saturados y el Sergas asegura que no tiene manera de encontrar sustitutos, porque no hay doctores de familia en paro. Así que la situación está bloqueada. «Necesitamos tiempo para nuestros pacientes», se quejan los mandos intermedios en su escrito de dimisión. Mientras, la llamada coordinadora gallega de atención primaria promueve una huelga los días 9, 10 y 11 de abril.

El conflicto provoca que algunos trabajadores cobren menos

Una fuerte alarma recorre la atención primaria de Vigo en los últimos días. Los jefes de los centros de salud han empezado a informar al personal a su cargo de que no cobrarán todo el complemento de productividad del año pasado, que está vinculado al cumplimiento de unos objetivos. Son unos 950 euros en el caso de los facultativos. El propio Servizo Galego de Saúde ha abierto un plazo de alegaciones para que cada trabajador, individualmente, pueda reclamar.

Después de su dimisión, los jefes de servicio de atención primaria advirtieron al Sergas que no harían la evaluación que tienen que ejecutar cada año del personal a su cargo. Una parte de esa evaluación es automática y utiliza criterios objetivos como la cantidad de medicamentos genéricos que prescribe cada doctor. Pero hay otra que tiene que hacer el jefe de servicio, con cuestiones como la implantación de programas de salud. Alegando que estaban desbordados, los médicos jefes del área de Vigo avisaron al conselleiro de Sanidade de que diese por cumplidos el 100 % de los objetivos, ya que no podían dedicarse a recopilar los documentos para hacer la evaluación. Jesús Vázquez Almuiña les instó a que hiciesen la evaluación. La parte que depende de los jefes es de un 35 %. Así que el personal está viendo cómo va a cobrar un 35 % menos de la productividad.

Pero el problema ya no es el dinero que cada uno pueda dejar de cobrar, que no supera los 300 euros, sino que el cumplimiento de objetivos se tiene en cuenta para la carrera profesional del Sergas. Cada uno de los cuatro grados de la carrera profesional incrementa el salario en unos 1.600 euros anuales en el caso de las enfermeras y en 3.000 en el caso de los facultativos. Si no se cumple un mínimo de objetivos, el trabajador no puede saltar de grado.

Ayer, la directora de atención primaria del área de Vigo, Elena Lorenzo Llauger, envió un correo a todo el personal de atención primaria para avisar de que pueden presentar alegaciones individuales para demostrar que cumplen los objetivos y así cobrar la productividad.