Absuelven al bromista del tiroteo de Vigo por «peliculero»

E.V.Pita VIGO

VIGO CIUDAD

E.V.Pita

La jueza concluye que no hay pruebas de la autoría y que además la alerta de un atraco a una autoescuela era «inverosímil»

12 mar 2019 . Actualizado a las 10:40 h.

La jueza ha absuelto al joven bromista que llamó  al 112 para alertar de que había un tiroteo en una autoescuela de A Doblada, de la que él era alumno, y que le había hecho un torniquete a una persona ensangrentada el 4 de enero del 2018. La Policía tuvo que activar un protocolo y acordonar la calle. Tras descubrirse el engaño, fue acusado de un delito de desórdenes públicos y afrontaba nueve meses de cárcel. La jueza dice que la alerta era de escasa verosimilitud y que el implicado, en caso de haber sido él, no pretendía alterar la paz pública.

Tras la falsa llamada, el 112 lo puso en contacto con la comisaría de Vigo y la Policía Nacional desplegó un helicóptero y diez agentes, cuatro de ellos camuflados. Al final, la directora del centro desmintió dicho tiroteo y la Policía rastreó el móvil y localizó al bromista, pues él mismo se puso al teléfono.

El juicio se celebró en el Juzgado de lo Penal número 1 de Vigo y el joven negó los hechos pues a su teléfono, cuya titular era una familiar, también tenían acceso sus hermanos y primos. Su abogado dijo que la broma era demasiado «peliculera» para ser creíble. 

La Fiscalía replicó que su voz era reconocible en las grabaciones del 112 y el 091. 

Sin embargo, la jueza concluye en la sentencia que el acusado nunca admitió que fuese él, pues lo único que consta es que él cogió el movil cuando le llamó la Policía, y que incluso comentó que a él también le gastaban bromas pesadas desde el mismo número de teléfono. A ello se suma que la llamada de alerta era «poco seria» si pretendía asustar al 112 porque el interlocutor balbucea, improvisa, entra en contracciones, no muestra signos propios de estar viviendo un gran drama y delata un escaso coeficiente intelectual, por lo que considera que el autor pretendía gastar una broma, «fácilmente detectable» y no sembrar la alarma.