La policía protege a 450 mujeres en Vigo

alejandro martínez VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Oscar Vázquez

La comisaría, la jefatura local y la autonómica cuentan con agentes dedicados las 24 horas a atender a víctimas de violencia de género y evitar que sus agresores vuelvan a acercarse

03 mar 2019 . Actualizado a las 13:26 h.

Más de 450 mujeres que han sido víctimas de violencia de género viven más tranquilas en Vigo porque saben que al otro lado del teléfono hay un policía que las protege las 24 horas del día. Son agentes especializados que conocen la situación personal de cada una de ellas y están pendientes de sus movimientos para evitar que vuelvan a caer en manos de sus maltratadores. Se encargan de velar por el cumplimiento de las órdenes de alejamiento que dictan los juzgados, tanto cautelares como por sentencias judiciales. Pero no solo esperan a que sus protegidas les llamen para actuar. También llevan a cabo una discreta presencia policial de rutina cerca de sus viviendas o lugares de trabajo para comprobar que se encuentran a salvo y que su vida transcurre con normalidad.

Si es necesario, las acompañan a la hora de realizar recorridos en los que pueden ser más vulnerables. Por ejemplo, la Policía Autonómica de Vigo tiene a su cargo a una mujer que trabaja los fines de semana y termina su jornada laboral a las cinco de la mañana. Los agentes tienen el deber de acompañarla en ese horario para cerciorarse de que llega a su casa sin contratiempos. Su expareja que la maltrataba tiene numerosos antecedentes y podría volver a actuar en cualquier momento.

Además las escuchan y las asesoran en los trámites que tengan que realizar antes las administraciones, como la solicitud de ayudas sociales en el que caso de que no tengan un trabajo. Tienen una relación mucho más cercana que en otras áreas de la investigacion policial. Los agentes se identifican con el nombre en lugar de con el número de carne profesional y sus vehículos no están rotulados.

Si observan que el varón que ha sido condenado vuelve a acercarse a su víctima lo detienen por un delito de quebrantamiento de condena y lo vuelven a poner a disposición judicial. Si se encuentran alejados del lugar donde se producen estos incumplimientos, tienen la potestad de enviar una patrulla de seguridad ciudadana para que se encargen de abrir las diligencias penales.

El equipo de protección policial dispone de la colaboración del resto de las unidades. Cuentan con todos los medios de la policía uniformada. En caso graves, como por ejemplo que un hombre se introduzca en el domicilio de la mujer a la que no debe acercarse, movilizan a la patrullas que se encuentren más cercanas.

Estas medidas se enmarcan dentro del sistema de seguimiento Viogen que impulsó hace más de una década el Ministerio del Interior como parte del despliegue de la Ley de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género. Las fuerzas policiales habían protegido hasta el año 2017 a más de 415.000 mujeres en todo el país.

Reparto

Policía Nacional, Autonómica, y Local se reparten en Vigo y Redondela las órdenes de protección de mujeres que dictan los juzgados. Guardia Civil y policías locales se hacen cargo de los casos que se presentan en el resto de los ayuntamientos del área metropolitana.

Los agentes de la comisaría de Vigo son los que atienden el mayor número de casos. En la actualidad tienen bajo su protección a un total de 229 mujeres que han sufrido episodios de violencia machista.

El equipo de vigilancia y apoyo policial (EVAP) de la Policía Local monitoriza a 140, mientras que la Policía Autonómica se encarga de velar por la seguridad de 72. Precisamente, la unidad adscrita de la Policía Autonómica marcó un hito el pasado mes de febrero al sumar un total de 500 mujeres beneficiarias del programa desde que se puso en marcha en el 2016. Esta unidad dedica ocho funcionarios (seis de uniforme y dos de paisano) a esta labor de protección. La Policía Local dispone de cinco agentes y un oficial.

El número de mujeres bajo protección es muy variable, dado que la lista se renueva constantemente con la activación de nuevos casos y la desactivación de otros al considerse que el riesgo ha desaparecido. Los seguimientos suelen durar entre los seis meses y un año.

Casi la mitad de las víctimas tienen edades comprendidas enre los 30 y los 39 años. Los agresores de esta franja de edad también son los que más abundan.

Hay diferentes niveles de protección en función del riesgo que corren las víctimas, que está discriminado en las categorías de no apreciado, bajo, medio, alto y extremo. Las mujeres se someten a un cuestionario que evalúa el nivel de riesgo de acuerdo con unos baremos estandarizados. Normalmente los agentes de la Policía Nacional son los que se encargan de los casos más graves. Un caso llega a ser extremo cuando cuando la mujer recibe una amenaza de muerte directa de su expareja. Fuentes de la comisaría afirman que en la actualidad hay varios casos activos. Entonces el acompañamiento a las víctimas es total y estas pueden pasar a vivir en un piso tutelado, siempre y cuando no esté detenido el agresor.

Más medios

Los colectivos que trabajan en defensa de la mujer aplauden estas medidas, pero creen que deberían dedicarse más medios. «Lo valoramos muchísimo, pero el número de agentes es inferior al necesario», afirma Raquel Doval, trabajadora social de la asociación Rede de Mulleres Veciñais Contra Os Malos Tratos de Vigo. Cree que los agentes cuentan con un ratio de atención a las mujeres muy grande para la capacidad que tienen de atenderlas. «Cuando hay menos personal, el seguimiento que quieren hacer se extiende más en el tiempo, y la atencion es peor, pero esto no quita el buen trabajo que están haciendo», afirma. Cree que cada agente no debería de proteger a mas de 30 mujeres.

Oscar Vázquez

«Me siento segura porque si pasa algo vendrá»

María oculta su verdadero nombre por razones de seguridad. Es una de las 450 mujeres que reciben protección policial en Vigo. Un juzgado le otorgó este beneficio tras condenar a su expareja por un delito de violencia de género. El fallo determinaba una orden de alejamiento contra su agresor. Afortunadamente, no lo volvió a ver desde que fue detenido. Reconoce que se siente más segura sabiendo que hay un agente de la autoridad que está pendiente de ella. Apenas lo conoce en persona, pero se mantiene en contacto con él a través del teléfono móvil y del Whatsapp. Lo ha visto tres veces, nunca de uniforme y lo conoce por su apellido. El primer día se presentó en su casa y le explicó cuáles eran sus derechos.

«El policía que me asignaron está pendiente las 24 horas. Sé que lo puedo llamar en cualquier momento y hace un seguimiento de dónde estoy. Si algo pasara, se que no va a dudar en llegar o en mandar una patrulla», explica. Nunca ha dejado de cogerle el teléfono. Le informó cuando cambió de domicilio o cuando se ha ido de viaje. Él también le suele llamar para preguntarle cómo le va. María mantiene una relación cordial con el policía. Dista mucho de la frialdad de un funcionario que asoma tras una ventanilla. «Está preparado en el ámbito de la protección. Me siento muy agradecida por lo que hace y lo trato con respeto y más cariño», afirma. Reconoce la importancia de denunciar la violencia machista. Muchas mujeres no lo hacen por miedo a su agresor y cree que no deberían actuar así. «Que no tengan miedo a denunciar. Aunque aparentemente tengan mucha fuerza en cuanto a su voz o su físico, no debe ser tan importante como la volutnad de parar al agresor».

Cree que las mujeres que proceden de otro país y no tienen arraigo familiar en la ciudad son mucho más propensas a sufrir violencia de género. «Piensan que como eres extranjera eres más vulnerable y se creen con derecho a seguir intimidándote», dice. Con apoyo policial ha vuelto a empezar y busca abrirse camino como emprendedora.