La galería Bacelos cierra sus sedes de Vigo y Madrid tras 28 años de trayectoria

Begoña Rodríguez Sotelino
begoña r. sotelino VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Oscar Vázquez

El espacio artístico, habitual de Arco, renunció a estar en la edición que abrió ayer

28 feb 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El convulso estado del mercado del arte ha propiciado un nuevo golpe al empobrecido ambiente cultural vigués. La galería Bacelos, fundada en 1990, cierra después de haber liquidado también la sede que abrió en Madrid en el 2012.

«Lo intenté de todas las maneras posibles. Pelee a muerte y no fui capaz de sacarlo adelante», admite la galerista Pepa Gómez Montesinos, que desde hace 18 años estuvo al frente de un proyecto del que le cuesta desprenderse, «pero tenía que hacerlo ante de que acabara conmigo», reconoce. La directora de Bacelos empezó a introducirse en el sector cuando estudiaba COU y al salir de clase, iba a trabajar a la galería la fundó Carmen Fernández Puentes, profesora de Bioquímica en la Universidad Complutense con inquietudes artísticas a la que siempre recuerda porque fue su maestra y su apoyo en los inicios.

Cuando la crisis golpeó a todos los sectores, pero se cebó con el del arte, la viguesa buscó vías de escape como la creación de una editorial especializada en obra gráfica y más tarde, la apertura de una sede de Bacelos en Madrid, donde las oportunidades se multiplicaban frente a un mercado vigués moribundo.

Pese a ello, y a ser uno de los referentes importantes en arte contemporáneo, con presencia consolidada en ferias como Arco, Art Basel, Pulse Miami, Paris Photo o Zona Maco, no lo resistió. Tras un buen repunte en Madrid, la mejoría no fue suficiente para sostener el esfuerzo por más tiempo. Estar en ferias como Arco es un privilegio, pero también un lujo, ya que acudir a eventos de esa categoría cuesta mucho dinero que, si no hay ventas, no se recupera.

Bacelos estaba ya admitida para la edición de Arco que se inauguró ayer en Ifema, ya que lista se cierra en junio del año anterior. Pero Gómez Montesinos no quiso esperar y renunció a su plaza. «Esta vez voy, pero de visita», relata, aliviada. Este año, Arco no cuenta con más representación gallega que la galería viguesa PM8, que fundó Cristina Barreras. Tras su traspaso, la sala ahora está asociada con una firma brasileña y su imbricación social en la ciudad es prácticamente inexistente.

 De Arco a Charco

La directora de Bacelos lamenta el fracaso pero no se rinde y seguirá con proyectos internacionales que ya había comenzado antes de bajar el telón. Se trata de Charco, un proyecto de investigación y transversalidad creativa que une personas e ideas entre los dos lados del Atlántico a través del arte contemporáneo. El proyecto trata de promover residencias artísticas y programas culturales conectando artistas, comisarios, investigadores, críticos, gestores e instituciones públicas y privadas, y arrancó el año pasado con o arrancó con dos programas de actividades culturales e intercambios entre España y México en Granero (Guanajuato) y Vena (Valle de Guadalupe, Baja California), con el apoyo de David Ramírez, promotor de la iniciativa y coleccionista de arte contemporáneo.

La segunda edición de Granero comenzará en abril de 2019, promovida también por el mecenas mexicano, con la colaboración del Instituto Cultural de León. Los artistas participantes serán el vigués Kiko Pérez y la ecuatoriana Ana Navas, que trabajarán junto a la comisaria Manuela Moscoso sobre la interacción con comunidades locales», avanza.

Si todo va bien, la galerista espera poder trasladar a Vigo proyectos como los que está llevando a cabo al otro lado del charco. «Ahora he decidido cerrar esta etapa, no se si temporal o definitivamente, y así concentrarme y enfocar toda mi energía en mis nuevos proyectos», cuenta.

El año pasado también cerró Ad Hoc, otra de las galerías de Vigo con proyección internacional. En la última década han desaparecido en la ciudad más de una decena de galerías.