El minirradar estará de pruebas un mes y multará también de frente

J.R. VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

M. Moralejo

El velocímetro se camufla y se regula dejando un margen de al menos el 10 %

25 feb 2019 . Actualizado a las 12:50 h.

Vigo, la ciudad de las luces led, suma otra bombilla a su colección. La diferencia es que esta se anuncia, primero, en forma de chispazo y, después, por correo certificado en formato de multa. Por ahora todo son pruebas y no sé prevé que el nuevo radar, llamado Velolaser, entre en funcionamiento antes de marzo, aunque tal vez las elecciones lo retrasen. La Guardia Civil de Tráfico pasó en los últimos días por la sede de la Policía Local para mostrárselo a los agentes. También se dejó ver por las calles del centro, siempre escoltado por agentes municipales. Y es que el artilugio, pequeño, de color blanco y con un brazo que le permite anclarse en paredes verticales, está a prueba, al igual que las calles de Vigo en donde se colocará, al menos, inicialmente.

El viernes a mediodía, en Areal, pudo comprobarse. Dos policías, al detectar excesos de velocidad, paraban a los conductores, los identificaban e informaban de la infracción cometida. También se advertía de que, dentro de cuatro semanas, sí implicaría multa. El radar marca el límite de velocidad en 30 kilómetros por hora, pero fija la activación de la photo finish en 34, lo que supone el conocido como 10 % de margen. Muchos de esos conductores, al comprobar el tamaño del radar, camuflado tras un macetero de algo menos de un metro, entendieron la particularidad del artilugio.

La otra atribución que puede pasmar a muchos conductores fue la capacidad del radar para detectar excesos de velocidad en vehículos que vienen de frente por el carril contrario.

Las zonas habituales para instalar el trípode con la cámara siguen siendo un misterio. Parece ser que aún se están decidiendo y que para ello priman las estadísticas de accidentes, de atropellos o de infracciones para ubicar qué calles merecen más atención. Lo que parece seguro es que Areal, Alfonso XIII (la bajada de la estación del tren) y Alameda ya figuran entre las prioridades porque esta semana han estado en pruebas. Las zonas limitadas a 30 son un objetivo prioritario.

Pero la llegada del nuevo radar, más allá del discurso oficial trasladado desde la Praza do Rei una vez descubierta su existencia, está generando un malestar galopante entre la plantilla de la Policía Local. Existe la creencia extendida de que el nuevo radar, junto a los dos vehículos Citroën C3 que se usan como radar, además de los fijos (en Beiramar, por ejemplo) tienen un afán recaudatorio. «Se duplicó en unos años las secciones concretas en materia de recursos humanos y materiales. Estamos en un proceso de lucha interna para conseguir mejoras laborales y de medios materiales, incluso un compañero se negó a salir con el nuevo radar y custodiarlo en la calle. El mando lo castigó ocupándose de la emisora», explica un veterano. «El año pasado se llegó a 8,6 millones de euros recaudados, pero cada año perdemos unos ocho policías. Es la manera de no bajar la recaudación con menos personal», añade.

El número de atropellos no se dispara: pasó de 176 en el 2016 a 200 en el 2018

A falta de conocer los datos oficiales de atropellos durante el 2019 en Vigo, el análisis de los ejercicios anteriores no apuntan a la necesidad de ampliar los radares y, en consecuencia, la presión al conductor y su cartera. Los datos de la Policía Local hablan por sí solos: en el 2016 se registraron 176 atropellos, en el 2017, 197, y en el 2018 se llegó a 200. El argumento, reconvertido en mantra, hace pensar a parte de la plantilla que la llegada del nuevo radar no tiene más intención que engordar las arcas municipales. Basta recordar que el año pasado se ingresaron 8,6 millones de euros. Los mismos agentes, que aseguran desconocer la letra pequeña del nuevo artilugio por el hermetismo que rodea a todo lo relacionado con ese departamento en concreto, solicitan en foros internos la necesidad de conocer qué motiva el aumento de medios en este departamento en detrimento del resto, cada vez más mermados de medios y efectivos.

La sucesión de hechos vividos esta semana, al trascender la llegada del nuevo radar móvil (se localizó inicialmente en Alfonso XIII), invita a pensar que no había mucho interés en publicitar la nueva herramienta de trabajo. Primer se dijo que se usa para detectar el número de coches que exceden la velocidad. Pero con la explicación llegó también la desconfianza. ¿Y si el nuevo radar está a prueba para calcular el potencial de recaudación en Vigo? La última aclaración, oficiosa, llega desde la sede de la Policía Local. El radar está en pruebas, se moverá de una calle a otra y empezará a retratar coches dentro un mes.