Detenido en Vigo un miembro de una red de falsificadores de tarjetas de residencia para inmigrantes

E.V.Pita VIGO

VIGO CIUDAD

Policía Nacional

La red hispano-argentina vendía cada copia de la tarjeta familiar a 5.000 euros a extranjeros

07 feb 2019 . Actualizado a las 22:17 h.

Un vecino de Vigo ha sido detenido en la operación Chacal desarrollada por la Policía Nacional contra la falsificación de documentos. Una banda falsificaba la Tarjeta de Residencia Familiar Comunitaria y vendía cada copia a 5.000 euros a inmigrantes. Además de el de Vigo, hay otros once detenidos en Madrid, Barcelona e Ibiza.

La red estaba integrada por argentinos y españoles y tenían intermediarios marroquíes que buscaban clientela en él boca a boca familiar. El laboratorio central estaba en Rivas Vaciamadrid, en Madrid, y eran instalaciones profesionales para reproducciones de alta calidad. Tenían una grabadora láser, maquinaria industrial, impresoras de sublimación digital, prensas y 2.000 tarjetas en blanco.

En Vigo no hubo registros pero sí en las otras localidades.

El vecino de Vigo ha sido detenido dentro de la operación Chacal desarrollada por la Policía Nacional contra la falsificación de documentos de residencia legal en España. Una banda hispano-argentina hacía falsificaciones de la Tarjeta de Residencia de Familiar Comunitario y vendía cada copia a precios entre 800 y 1.500 euros a inmigrantes de Marruecos para entrar legalmente en el país. Los pasaportes eran más caros y se vendían a 5.000 euros. También vendían carnés de conducir e identificaciones de Italia, Francia, Marruecos y Argentina y visados de Estados Unidos

En Vigo no hubo registros pero si en nueve inmuebles de otras localidades.La red disponía de un laboratorio de falsificación documental considerado como el mayor de España para este tipo de delitos.

Además del detenido de Vigo, hay otros once arrestados en Madrid, Barcelona e Ibiza. La red estaba liderada por argentinos y españoles y tenían como intermediarios a cómplices marroquíes que se encargaban de hacer llegar a sus clientes los documentos a través de familiares que vivían en España.

Los falsificadores enviaban los documentos por mensajería postal a sus contactos y los clientes pagaban por transferencias bancarias u oficinas de envío de dinero. Una vez que tenían los papeles, el cliente tomaba un avión a España o cruzaba por las fronteras terrestres de Ceuta y Melilla.

El laboratorio central estaba en un piso de Rivas Vaciamadrid, en Madrid. Eran instalaciones profesionales para reproducciones de alta calidad. Tenían dos grabadoras láser CNC, cortadoras de plástico, impresoras de sublimación digital para imprimir fondos de seguridad, seis impresoras láser y 2.000 tarjetas con chip.