El profe fue el héroe del partido

Lorena García Calvo
Lorena García Calvo VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

XOAN CARLOS GIL

El meta Brais Pereiro, estrella en la última victoria del Rápido, ejerce también como entrenador de porteros

15 ene 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Brais Pereiro (Porriño, 1991) es maestro y aprendiz. Bajo la portería del Rápido de Bouzas intenta semana tras semana sumar puntos para su equipo y seguir mejorando, mientras en el Louro Tameiga y en la Escuela de Alto Rendimiento de porteros Vigo transmite a los más pequeños -y a algún que otro sénior- los conocimientos y experiencias que ha ido coleccionando a lo largo de los años. El recital que ofreció el sábado ante el Cultural Leonesa es parte de ese bagaje que busca trasladar a sus jóvenes aprendices.

La vida de Brais está envuelta en guantes. Entre los entrenamientos con el Rápido y sus horas enseñando puede vestirlos cuatro o cinco horas al día. Es su pasión. Tanto, que hace ya una decena de años comenzó a compaginar su rol de portero con el trabajo de entrenador. «Adestro nenos dende os 18 anos, e encántame. Cando estaba no xuvenil do Porriño adestraba a algún rapaz, e ao pasar a sénior xa comecei a especializarme na modalidade de porteiros», describe.

Brais abraza la docencia con entusiasmo. En el Louro Tameiga cuenta con una quincena de pupilos que van desde los cinco o seis años hasta los mayores. «En fútbol oito tes que ensinarlles moita técnica, coordinación, que é o que lles fai falla, e a partir de infantís o traballo está un pouco máis enfocado ao xogo real, ás facetas que poden xurdir nun partido». Situaciones como las que vivió él ante la Cultural.

«Todo saíu ben. Fixen cinco ou seis paradas, pero é o meu traballo», intenta restarle importancia. Lo cierto es que fue el héroe de su equipo gracias a intervenciones salvadoras de todo pelaje. «Probablemente a máis difícil foi o remate de cabeza da primeira parte que saco co pé a Sergio Marcos, pero quédome máis coas accións de xogo aéreo, os balóns que saquei arriba, que non son tanto paradas, senón que evitan outras accións».

Brais está acostumbrado a que cuando arranca la semana sus pequeños alumnos le pregunten cómo le fue en el último partido, le cuenten sus propias experiencias, e incluso le critiquen alguna intervención. «Sempre están atentos. Dinme o que fixeron eles e fálanme das paradas que fixen eu, xa que moitos van aos partidos da casa. E se cometín algún erro, sempre están pendentes, para o bo e para o malo. Gústame moito porque fan un bo feedback», argumenta.

Su recital ante la Cultu probablemente sirva a sus alumnos de guía durante esta semana, y Brais tiene claro que si tuviese que seleccionar con una parada que enseñarles, sería alguna intervención en el juego aéreo, en las que prima la colocación.

Lejos de lo que pudiera pensarse, Brais asegura que entrenar a niños le permite seguir creciendo bajo palos. «Aprendo deles moitísimo, tento ensinarlles todo o que sei para que melloren, pero eles ensínanme moitísimas cousas a min». Además, asume que el hecho de ser un portero en activo que cada fin de semana se somete al examen del rival le permite conectar de forma especial con sus aprendices. Porque al mismo tiempo que Brais continúa aprendiendo, disfruta enseñando.

«A fortaleza mental é clave, tes que estar moi forte para sobrepoñerte aos erros»

Los tiempos en los que el papel de portero quedaba reservado para jugadores con menos dotes para actuar en el campo han quedado atrás, y cada vez es más habitual ver a niños que, como le sucedió a Brais Pereiro, desde el minuto cero tienen claro que su lugar está bajo palos. «Antes o que non valía para xogador, poñíase de porteiro. Eu nunca o vin así, e por fortuna agora é moi diferente. Os nenos veñen coas ideas claras porque queren ser porteiros e poden acceder a un traballo específico que os axuda. Cando un neno non desfruta sendo porteiro, nótase».

El portero del Rápido de Bouzas se encarga de trasladar a sus alumnos los conocimientos técnicos y tácticos necesarios, pero también les hace partícipes de la otra cara de la moneda: la importancia del aspecto mental en un puesto tan específico como el de guardameta. «A fortaleza mental é clave. Psicoloxicamente tes que estar moi forte, sobre todo para sobrepoñerte aos erros, da soidade sempre nos partidos. Tes que estar moi preparado e se cometes un erro, repoñerte o antes posible». Porque no todas las semanas vas a protagonizar encuentros brillantes como el que Brais se sacó de la chistera ante el Cultu.

Ganarse la titularidad y los reconocimientos exige esfuerzo y constancia, lo mismo que prepararse para entrenar guardametas. Brais realizó hace poco un curso específico implantado por el reputado entrenador de porteros Luis Llopis y el próximo año comenzará a cursar los estudios de entrenador para, más tarde, especializarse en porteros. «De nada serve ter experiencia se non a acompañas de formación». Él tiene claro que su futuro estará ligado a las porterías.