El vigués, que se mide esta jornada al Novás, dirige desde hace año y medio al Barça B, líder de Plata
10 ene 2019 . Actualizado a las 05:00 h.Roi Sánchez vive su segunda temporada como entrenador del Barcelona B de balonmano, con el que este fin de semana se mide al Novás. El vigués asegura que formar parte del club catalán, donde además entrena a los porteros del equipo de Asobal, es un sueño cumplido y que no deja de aprender cada día. Durante mucho tiempo compaginó balonmano e ingeniería, pero ahora celebra que puede vivir de la que considera su pasión.
-Decía cuando fichó por el Barcelona que era un sueño hecho realidad. ¿En qué medida se han cumplido sus expectativas?
-Se han superado y no era fácil. Llevamos año y medio y estoy contento, feliz, aprendiendo día a día y reafirmando que estar aquí era un sueño. Es un club fantástico, que te da la oportunidad de trabajar con jugadores jóvenes muy buenos y con toda la infraestructura del mundo en cuanto a personas: fisios, médicos, preparadores físicos... Las condiciones para trabajar aquí son inmejorables.
-Además de entrenar al filial colabora con el primer equipo. ¿Cómo se compagina?
-Organizándome y echándole muchas horas, porque además soy responsable del grupo Talent de tecnificación que tenemos con los jóvenes talentos. Son mis tres roles, pero por suerte soy profesional, me apasiona mi trabajo y así las hora se te pasan volando y el esfuerzo es mucho menor.
-¿Cómo ha evolucionado como entrenador en Barcelona?
-A nivel balonmnístico siempre coges conceptos nuevos y además tienes que entender el modelo de juego, que es diferente al de Hannover o Vigo. Pero sobre todo he aprendido en gestión de grupos. Tengo la suerte de estar con Xavier Pascual, que seguramente es de los mejores del mundo en mejorar el trato con los jugadores para que eso repercuta en el rendimiento deportivo a corto y medio plazo. Lo que más me llevo creo que sería eso.
-El primer equipo lo gana todo y ustedes son líderes. ¿Se traslada esa exigencia al filial?
-En cuanto a resultados, en absoluto he notado eso. La exigencia es que los jugadores aprovechen cada minuto de cada sesión para mejorar e intentar llegar al primer equipo. La exigencia es máxima porque tengo entre manos a varios de los grandes talentos del mundo de su edad y la responsabilidad también es enorme porque representar a un club como este siempre supone una presión añadida, por así decirlo.
-Dirige un filial que no puede ascender. ¿Se plantea usted dar el salto a Asobal en el futuro?
-Estoy feliz aquí, tengo contrato hasta el 2020 y trabajar con esta gente es un máster. Si algún día llega, más adelante, lo valoraré, pero tengo que estar bien preparado, seguir mejorando cosas que aún no hago del todo bien. No pienso en ello en este momento.
-¿Es especial enfrentarse a un rival gallego como el Novás?
-Sin duda. He entrenado a jugadores suyos como Germán Hermida, que lo sacamos de la cantera del Octavio, u Óscar Silva, que lo tuve en la selección gallega cadete. Iago Muíña es de mi edad y jugamos juntos, como con Kevin en la selección juvenil. También conozco a su entrenador, Isma.
-¿Cómo les está viendo este curso como recién ascendidos?
-No tengo duda de que se van a salvar. Es un equipo trabajado, con jugadores gallegos de mucho talento. Practican un balonmano fresco y dinámico.
-¿Y cómo ve al balonmano gallego en su conjunto?
-Me gustaría verlo mejor, pero falta que el tejido empresarial eche una mano y eso no lo veo. Los equipos gallegos de Asobal, que están abajo, tienen mucho mérito con sus recursos.