El uso de la tarjeta en las compras está casi tres puntos por debajo de la media nacional
08 ene 2019 . Actualizado a las 13:07 h.Cada vez son más los vigueses prácticos que prefieren no inflar la cartera con grandes cantidades de billetes, máxime en épocas como las fiestas navideñas y rebajas. Sin embargo, pese al elevado grado de conocimiento y de preferencia por los sistemas digitales, aún pagan más en efectivo que la media española. En concreto, lo hace un 31,3 % frente al 28,7 % del conjunto del Estado.
Mientras que la media española de utilización de las tarjetas tradicionales de crédito o débito supera el 40 %, en la ciudad se queda en el 33,7 %. Y eso pese a ser la primera opción de compra, por delante del dinero en metálico. Su uso varía en función del tipo de compra que se realice. No es igual pagar en una gran superficie que en un pequeño negocio de hostelería. Tampoco todas las fechas son iguales. Por ejemplo, en las fiestas navideñas su uso se dispara al tratarse de gastos más elevados que requieren llevar más efectivo en la cartera
En lo que sí está la población de Vigo por encima de la media estatal es en el uso de la tarjeta de débito o crédito con tecnología contactless, utilizada por un 30 % de ciudadanos, frente al 25,5 % en España. La ventaja de los medios digitales sobre el metálico aumenta si se suma a las personas que optan por el pago con móvil (4 %).
Los datos del Índice de Ciudades Cashless de Mastercard, elaborado por Alpha research, desvelan que siete de cada diez vigueses prefieren el pago con tarjeta para las compras diarias. Aunque la mayoría de los encuestados reconoce no estar al tanto de todas las opciones de pago disponibles (solo el 38 % afirma conocerlas todas), este dato mejora el de otras ciudades analizadas, como Madrid o Barcelona, cuyos habitantes están menos familiarizados con las opciones existentes.
El estudio, elaborado entre 3.000 personas de diez ciudades españolas, indica el grado de conocimiento de los medios de pago disponibles, sus preferencias y el uso que hacen de cada uno de ellos en las transacciones diarias. Es el caso de comercio, hostelería, ocio, transporte o administraciones públicas.
Pese al grado de conocimiento y preferencia de los sistemas digitales, los vigueses aún se muestran en cierto modo reticentes a su uso debido a la percepción de que no gozan del mismo grado de aceptación que el efectivo en algunas circunstancias. El 99,7 % de los consultados da por sentado que puede pagar con tarjeta en supermercados y el 98,7 % en restaurantes, porcentaje que supera al de cines y teatros (91,3 %), comercios minoristas (76,5 %), bares (35,6 %), bienes de bajo importe (21,1 %) o máquinas de vending (13,4 %).
El mismo estudio desvela que los vigueses pagan mayoritariamente en efectivo en taxis, párkings y parquímetros. Para el autobús urbano se utiliza mayoritariamente la Pass Vigo, una tarjeta creada por el Concello que permite ahorro y transferencia de viajes. También se paga en metálico al no existir bonos para los turistas, una alternativa que sí existe en muchas grandes ciudades. Los viajes del bus no se pueden abonar con tarjetas de crédito, algo de lo que los turistas también se asombran cuando visitan la ciudad.
Cada vez más vigueses se animan a realizar pagos electrónicos en las oficinas de las distintas administraciones y se van adaptando de forma progresiva.
Las perspectivas para la ciudad pasan por un aumento en el uso del pago con tarjetas a corto y medio plazo. De hecho, el 78 % prevé que en un período de uno o dos años utilizará menos dinero en metálico en favor de otras opciones, según reflejan los datos del estudio.
«Aún hay muchos establecimientos que creen que hay comisiones altas»
Según Paloma Real, directora general de Mastercard España, «muchos establecimientos aún mantienen restricciones al pago sin efectivo para pequeñas cantidades debido a la errónea creencia de que los pagos electrónicos conllevan altas comisiones, pero la realidad es que fueron reguladas en el 2004 y desde entonces han bajado casi un 70 %». Sin embargo, la percepción de que existe una restricción también afecta a los usuarios. «A veces no se atreven a pagar una barra de pan o cualquier otro bien de bajo importe con tarjeta, lo que en muchos casos es posible y constituye una forma rápida y cómoda de realizar las compras, y ofrece una mayor velocidad comercial a estos establecimientos», indica Real.
Entre los que piensan erróneamente que cobrar con tarjeta supone un alto coste figuran algunos taxistas. La totalidad de los vehículos aún no cuentan con la terminal punto de venta (TPV) para poder pagar con tarjeta en sus vehículos. La nueva ordenanza municipal de Vigo obliga a colocarla y les da un margen de seis meses para la adquisición. Esta circunstancia ha llevado en más de una ocasión a perder viajes a los taxistas que carecen del servicio, sobre todo en el aeropuerto, al tratarse de viajes más largos y, por tanto, costosos. Los propios taxistas critican a los compañeros que todavía se muestran reacios a instalar este sistema por entender que es necesario modernizarse si se quiere competir con las nuevas opciones que van apareciendo para el transporte de viajeros.
La estación marítima y las de tren son otras paradas en las que los usuarios suelen demandar más el pago con tarjeta.
Ciudades del estudio
Madrid, Barcelona, Valencia, Bilbao, Sevilla, Murcia, Palma de Mallorca, Zaragoza, Málaga y Vigo.
Muestra
La encuesta fue realizada entre 3.000 personas por Alpha research para el Índice de Ciudades Cashless de Mastercard.