Pedramocracia

Eduardo Rolland
Eduardo Rolland LA BUJÍA

VIGO CIUDAD

05 ene 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace ahora 450 años, reinaba un monarca absoluto: Felipe II. Corría 1569, año en el que el rey ordenó detener a todos los diputados de las cortes catalanas, por su enésimo intento de recuperar su completa independencia. El apunte nos demuestra que la historia acostumbra a repetirse, sobre todo cuando los conflictos no se resuelven. 1569 fue también el año en que llegó a América la Inquisición. Y en el que Mercator publicó su proyección del planeta Tierra que actualmente sigue vigente en la mayoría de los mapas.

En Vigo, el 1 de enero de aquel año tampoco fue uno más entre tantos. Porque los vigueses de hace casi medio milenio celebraban, cada 1 de enero, en la plaza de A Pedra, su ‘concejo abierto’, en el que se elegían los representantes de cada gremio y estado. En aquel concejo de 1569, se produjo un tumulto, con acusaciones de pucherazo en la candidatura de Gregorio de Barcala, que fue elegido como Procurador General del Mar. Las quejas del gremio de mareantes llegaron a la Audiencia de Galicia, que finalmente ratificó al candidato en su cargo, descartando el tongo. Narra la peripecia Xosé María Álvarez Bláquez en su obra La ciudad y los días. Y retrata cómo los vigueses recibían cada nuevo año reunidos en A Pedra para hacer cuentas y elegir a sus representantes.

Es evidente que hoy vivimos en una democracia más plena. Pero no dejaba de tener su encanto esta Pedramocracia de antaño. Donde el pueblo se reunía junto al mar, en la plaza pública, para elegir a sus representantes. Y por eso, a veces, tenemos que dudar de que hayamos mejorado en cuanto a participación ciudadana…