Es una evidencia que la Xunta de Galicia está destruyendo el sistema sanitario en Vigo. No hacen falta cifras, por más que las escandalosas listas de espera sean de por sí bastante reveladoras. Basta con llamar a un centro de salud, pedir cita y comprobar que te la dan para dentro de una semana. Si tienes una gripe, ya llegas curado. O, como alternativa, te puedes ir a urgencias, a colapsar todavía más un servicio que está desbordado, convertido en la opción de último recurso. También es suficiente con ver las caras de esos médicos y médicas sobrepasados por el trabajo, tras atender a cuarenta pacientes o más en un solo día. Por ejemplo: ¿Qué medicina preventiva van a practicar si los colapsan con lo más urgente del día a día? Mientras que cada vez les caen encima más obligaciones, sepultados por la burocracia. Todo esto lo ve cualquiera; es una realidad tangible, imposible de ocultar o negar por más que lo intenten algunos políticos o gestores sanitarios interesados en medrar en política.
Pero es que, además, en medio de esta crisis, tenemos que leer que el Sergas va a cometer la enésima operación de privatización de la Sanidad. Para contentar a un policlínico privado, que ya gestiona más de cien mil cartillas públicas, ahora le van a derivar las operaciones quirúrgicas de pacientes del Hospital Álvaro Cunqueiro. Así como suena. ¡Sin complejos! ¡En medio de la que está cayendo! En 2016 y 2017, el Sergas ya derivó 5.460 operaciones a hospitales privados en Vigo y Pontevedra. Y ahora se suma el policlínico a la fiesta de la privatización y del desmantelamiento de la sanidad pública universal y gratuita.