El nacimiento de una carballeira

Antón Lois AMIGOS DA TERRA TIERRA@VIGO.ORG

VIGO CIUDAD

Antón Lois

Alumnos de institutos gallegos y catalanes crean un bosque plantando bellotas

03 dic 2018 . Actualizado a las 10:11 h.

Hoy queremos contar cómo nace un bosque utilizando un ejemplo reciente, por si cunde el ejemplo. Ante todo, la excusa: EspazoCoop, la unión de cooperativas gallegas a las que pertenecen muchas de enseñanza, organiza en Vigo el VIII Foro Intercomunitario de Investigación Juvenil, un encuentro de institutos de Galicia y Cataluña para presentar proyectos de investigación. Muchos tienen que ver con el medio ambiente y la organización encarga a la cooperativa de educación ambiental Teixugo una actividad para cerrar la primera jornada. La idea era hacer una actividad rápida (el programa apretado dejaba poco tiempo) sencilla, motivadora, cooperativa y, sobre todo, útil y trascendente. Crear un bosque reunía todas las características. Solo se trataba de organizarse.

En primer lugar había que elegir el tipo de bosque. Aquí no existían muchas dudas, por supuesto autóctono y nada más emblemático que un carballo. El siguiente paso consistía en conseguir las semillas, y nada mejor que una carballeira para encontrar landras. Teniendo la de A Guía a mano, pues solo se trataba de avisar al grupo Chipitadas, que vienen siendo los paseantes perrunos habituales (que están haciendo por su cuenta desde hace años una importante labor de limpieza y custodia del territorio en esa alcaldía free zone) y hacer acopio de bellotas.

Resuelta esta primera parte, para que nacieran nuestros carballos se necesitaban macetas, muchas, pero como comprenderán la reutilización y el reciclaje es un valor añadido. Por lo tanto recurrimos al clásico: usar tetrabriks como macetas, que siendo altos y estrechos permiten un buen desarrollo de las raíces. Cuando se necesitan muchos tetrabriks en poco tiempo, tirar de las amistades es insuficiente, así que la opción es un contingente mayor. Aviso al profesor, y sin embargo amigo, Paco y, al día siguiente, el tercer ciclo de primaria de la Escola Rosalía Castro de Vigo estaba movilizada. En una semana se consiguen centenares de tertabriks.

El siguiente problema era encontrar la base, el sustrato de tierra rica en nutrientes que permitiera que nuestros carballos germinaran fuertes y sanos en su primera fase de crecimiento. Para eso el mejor recurso es el proyecto Revitaliza de la Diputación de Pontevedra. El compostero comunitario de Arcade suministró abundante compost (un abono excelente derivado del reciclaje de la fracción orgánica de nuestros residuos urbanos). Ya nos gustaría conseguirlo en Vigo pero, ya saben, el Concello no está por la labor de participar en ese proyecto, al que ya se sumaron más de 40 municipios.

Ya solo faltaba poder mover con comodidad nuestro bosque, que de momento sería itinerante. Para eso, unas cuantas cajas de las que se usan para la distribución de verduras y que son desechables (generando una enorme cantidad añadida a nuestra ya inmensa producción de residuos de plástico) son perfectas. Simplemente avisar a Frutas Nati en Arcade (menudos grelos, por cierto) y en un par de días ya estaban disponibles. Con todas las piezas solo faltaba el puzle final. Y de esta forma, el día 22 de noviembre, en la Escuela de Peritos de Vigo, docenas de chicos y chicas de Galicia y Cataluña plantaron sus bellotas y crearon un bosque.

La historia quedaría incompleta sin su correspondiente epílogo (recuerden que nuestro bosque lo dejamos en unas cajas de frutas en las que estarán durante un año). Falta la pieza final de este puzle, llevarlo a donde tiene que estar, a su lugar definitivo en el monte. Aprovechando una mojadura épica el pasado sábado, haciendo una ruta micológica por el río Táboas le comentamos a Juan, el alcalde de Nigrán: «Mira, es que tenemos un montón de carballos que…». Y no nos dejó completar la frase. Nuestro bosque se plantará el próximo otoño entre Camos y Chandebrito, será parte del futuro parque forestal de Nigrán que, literalmente, renacerá de las cenizas.

Y así, sumando todas estas complicidades (este artículo es en el fondo un agradecimiento) es como nace un bosque. ¿Verdad que parece fácil? Pues sí, es muy fácil y merece la pena animarse. Necesitamos más, muchos más. Necesitamos compensar la enorme desproporción entre los bosques que perdemos y los que recuperamos. Nos va la vida en ello.

La acción se enmarca en el Foro Intercomunitario de Investigación Juvenil