El reclutador del «blockchain» en Vigo

e. v. pita VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

XOÁN CARLOS GIL

Antonino Comesaña abre foros, debate proyectos con Anfaco y hace cantera para desarrollar la nueva tecnología que revolucionará la banca, el transporte marítimo o la industria pesquera o cárnica

26 nov 2018 . Actualizado a las 09:49 h.

«O te subes a la ola, o te quedas parado y la ola te golpea a tí». La pasión de Antonino Comesaña por el blockchain (un contrato inteligente que es la base de las criptomonedas como el bitcoin) surgió cuando se quedó en paro tras diez años como director comercial de Volkswagen en Vigo. Salió por una reestructuración y empezó de cero con la inversión en bitcoins y las soluciones descentralizadas que había detrás. Hizo un posgrado en Barcelona en BitBCN sobre la cadena de bloques. De los 25 alumnos, 20 eran catalanes, uno andorrano, otro madrileño y tres vigueses. Al terminar el curso, los gallegos volvieron a casa y montaron la Asociación Galega de Blockchain e IOT (Agalbit). El presidente es el empresario José Nogueira y su portavoz, Antonino Comesaña. «No soy un profeta, más bien un reclutador. Hay gente muy buena en Galicia que se va fuera porque a los desarrolladores de blockchain les pagan mucho pero ¿por qué externalizar estos trabajos si podemos dar formación aquí, crear comunidad y hacer cantera?», dice.

En los dos últimos meses, este tecnoactivista vigués ha abierto foros de debate en WhatsApp, montado charlas en los campus gallegos y mantenido reuniones con empresas y con la Xunta para explicar los usos de la nueva tecnología. Ha reclutado para esta comunidad a medio millar de gallegos interesados en la cadena de bloques. Hay informáticos, desarrolladores, ingenieros pero también empresarios de la conserva o el transporte que buscan ideas para agilizar sus negocios y crear plataformas con blockchain. Quieren expandir estos estudios a escuelas de negocios gallegas.

El lunes, Comesaña se reunió con la asociación de conserveros Anfaco en Vigo para estudiar cómo el blockchain puede agilizar su gestión burocrática. Un problema de la industria pesquera es que, a veces, tienen parada una mercancía hasta que llega un certificado. «Cuando llevas un documento de pesca va en una valija normal pero si va metido en blockchain puede acceder cualquier persona, puede empezar a trabajar y facilita la gestión. Es la digitalización 4.0. Lo importante es hacer cosas, crear una plataforma, no meterse en proyectos faraónicos sino ir creciendo», dice.

Hay otros usos por los que se interesa la Xunta o el sector pesquero y que están relacionados con la trazabilidad: el cliente podría saber la ruta de una lata o de un kilo de mejillones desde el origen y saber con garantías que es legal.

Gigantes como Carrefour y Coren ya están probando la trazabilidad con blockchain para que el cliente sepa de dónde procede la carne de pollo, si le pusieron vacunas, lo que comió, la fecha en que fue sacrificado o cuántos días lleva en la tienda. El cliente podrá visualizar el recorrido vital del animal aplicando su teléfono móvil al codigo QR del producto cárnico.

Esto mismo funciona para las prendas para garantizar que son auténticas y no falsificaciones. El cliente podrá seguir la ruta de la camiseta o el pantalón de marco y ver su certificado.

Los transportistas del puerto de Vigo que mueven contenedores en tránsito también se han interesado. Comesaña les explicó en una charla las ventajas del blockchain y los trabajadores pensaron ideas para «reinventar» la logística.

Esta tecnología facilita la transparencia pero también las plataformas en red entre empresas. «A una pyme quizás no le interese pero sí a una gran empresa que se interconecta con todos sus proveedores o a un sector como el conservero o el pesquero», dice.

El propio Comesaña desarrolla un proyecto de trazabilidad animal con la firma Ledger33 Technologies que el cofundó. Explica la idea básica: «El consumidor que se compre un bistec en un híper podrá saber el origen de la carne, que han llevado a pastar al ganado, todo esto es un valor añadido y el productor puede demostrar que su producto es sano y ecológico. La gente puede saber el trabajo que pasa el ganadero que madruga en su granja de lunes a domingo hasta que el pollo llega al plato. Esto empodera al productor».

En apenas dos meses, su foro en WhatsApp de blockchain pasó de 150 seguidores a 325. Otro más especializado, el grupo Hyperledger (una tecnología híbrida para empresas), ya suma 160. Se unieron a la joven coruñesa Mercedes Regueiro: «es una fiera, de todos los desarrolladores de Galicia es la única mujer, un ejemplo». En total, en los dos foros, ya suman una comunidad de 500 interesados. El problema es que en Galicia solo hay una veintena de desarrolladores de blockchain. Las empresas dedicadas a esto en el Eje Atlántico tiene equipos con solo tres o cinco expertos. «Somos muy pocos, si te llegan muchos proyectos, necesitas gente y ahora en Galicia no hay», dice.