Operarios municipales borran las pintadas y grafitis que afean el escaparate comercial de la ciudad
21 nov 2018 . Actualizado a las 14:29 h.El Concello ha emprendido un lavado de cara a la calle más comercial de Vigo, limpiando pintadas y grafitis y elimando la catelería que afea la zona. La operación se produce a pocos días de que se enciendan las luces navideñas y se centra en negocios cerrados, solares vacíos o locales tapiados que estaban deteriorados por el gamberrismo urbano.
El lavado de cara coincide con la temporada alta de la calle de tiendas de moda. El próximo viernes comienzan las rebajas del Black Friday, en la que se espera gran afluencia de público, y el sábado será el encendido del alumbrado navideño y el estreno de la decoración. La calle mejorará su imagen para recibir a miles de visitantes, incluso de otras ciudades. A ello se suman los cruceristas y peregrinos que, habitualmente, pasan por esta vía peatonal.
En la mañana de ayer, un operario municipal pintaba de gris la tapia y la puerta de un local vacío que, desde hace meses, lucía pintadas feministas reivindicativas así como firmas gigantes de grafiteros garabateadas con espray.
Recientemente hubo otra acción de limpieza en un solar vacío, situado en la esquina con Eduardo Iglesias. Fue arrancada toda la cartelería que anunciaba espectáculos en la fachada , que quedó diáfana. La misma retirada de papeles se efectuó en dos negocios cerrados (una joyería y una papelería del comercio tradicional) cuyo edificio está vacío y a la venta en el número 25 de la calle. Ahora los escaparates y puertas están limpios. El alcalde vigués, Abel Caballero, había advertido unos días antes que iba a tomar medidas respecto a algún inmueble abandonados en Príncipe para mejorar su pulcritud.
La limpieza pasa por alto las fachadas de piedra, donde todavía se conservan firmas de grafiteros con espray. Tampoco se han repintado las verjas de los comercios, que durante el horario de apertura al público son invisibles. Algunos establecimientos o comunidades de vecinos, en su día, gastaron bastante dinero en borrar el rastro de los pandilleros limpiando la piedra.
En principio, es obligación del dueño de la tienda o el edificio mantener el estado pulcro de su fachada, pero los grafiteros aprovechan los cierres metálicos de comercios y garajes como superficie para estampar sus autógrafos.