El derecho colaborativo sirve de pegamento jurídico ante la falta de regulación de las innovaciones

E. V. PITA VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

M. MORALEJO

Una novedosa rama de la abogacía busca acuerdos para empresas en un marco tecnológico sin leyes específicas que garanticen seguridad jurídica

22 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Drones, blockchain, robots, industria 4.0, inteligencia artificial, impresión 3D, coches autónomos, criptomonedas... Hay una larga lista de innovaciones llamando a la puerta sin que el Estado haya previsto un regulación concreta para garantizar la seguridad jurídica a las empresas que se van a desenvolver en esas nuevas actividades. El marco del derecho civil puede quedar sobrepasado por los avances tecnológicos o innovaciones médicas o genéticas.

La Asociación Gallega de Derecho Colaborativo (Agadeco) celebró ayer en el Colegio de Abogados de Vigo la primera charla sobre nuevas oportunidades para el ejercicio de la Abogacía en la gestión de conflictos. El derecho colaborativo ayuda a las partes a cerrar acuerdos beneficiosos para ambas partes antes de ir a juicio. Participaron economistas y abogados de Navarra y Valencia, entre otros. La segunda conferencia en hoy en A Coruña sobre la misma materia  y la tercera jornada se celebrará mañana en el centro social Afundación de Vigo. En estas ponencias de mañana se abordará la nueva cultura de la empresa de prevención y gestión de conflictos y sus acuerdos sostenibles. La idea central es que expertos creen que el derecho colaborativo es el pegamento jurídico de la innovación tecnológica para pactar acuerdos cuando aún no hay regulación en un país sobre un avance.

La vicepresidenta de Agadeco, Ana Sarabia, explica cómo el derecho colaborativo puede funcionar como pegamento jurídico. Comenta que en las familias reconstituidas (con padrastros, madrastras e hijastros),no hay regulación por lo que a través del proceso colaborativo se elaboran convenios reguladores ajustados a las necesidades de todos los miembros de la familia reconstituidas.

Algo parecido, dice Sarabia, se produce en la empresa. Observa cómo los avances tecnológicos van por delante de toda normativa y es el derecho colaborativo el que ayuda a gestionar los acuerdos. Con el uso del derecho colaborativo, los empresarios se han dado cuenta de lo importante que es saber cuantificar el valor de no cerrar un acuerdo. 

La especialista añade que luego está la prevención del conflicto.El tiempo que un trabajador dedica a gestionar un conflicto,se estima que es de al menos dos horas semanales. Según dice, si cada empresa dispusiera de un protocolo de gestión de conflictos,se evitarían muchos de ellos y los costes de la empresa disminuirían y su reputación mejoraría y su capacidad de captación de talento aumentaría.