Los desahucios no cesan en Vigo: 151 en un año

María Jesús Fuente Decimavilla
maría jesús fuente VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

XOAN CARLOS GIL

Más de medio centenar de personas carecen de hogar solo en el centro urbano

20 nov 2018 . Actualizado a las 23:31 h.

Tal como advierten las organizaciones sociales, la pobreza se ha instalado en la ciudad para quedarse. De su cronificación dan fe comedores sociales, albergues y, sobre todo, los últimos datos de desahucios con motivo de la celebración de la Semana Internacional de Personas sin Hogar.

Entre octubre del 2017 y septiembre de este año, 151 familias perdieron su vivienda por no poder pagar el alquiler, lo que significa un lanzamiento cada 2,4 días.

En ese mismo período de tiempo se ejecutaron un total 358 desahucios de todo tipo: pisos, locales comerciales, garajes... De ellos, 215 (60 %) tenían régimen de alquiler, mientras que el resto correspondía a propietarios, según datos del servicio de notificaciones y embargos, recogidos por el foro socioeducativo Os Ninguéns.

Los afectados no son solo desempleados, sino también trabajadores con salarios muy bajos hasta el punto de resultar insuficientes para vivir. Es más que habitual que los impagos de alquiler se produzcan mientras se tramitan las ayudas. La Oficina de Dereitos Sociais, de Coia, lo denunciaba ayer mismo: «Dous meses sen ingresos para quen malvive de esmolas sociais poden provocar ficar sen teito».  

En algunos casos las familias desahuciadas se han podido ubicar en pisos de otros municipios de la provincia acogidos al programa de la Xunta de viviendas vacías. Se trata de pisos que ceden los concellos a la administración autonómica para que pueda recolocar en ellos a las personas desahuciadas. El precio del alquiler es simbólico.

En el caso de Vigo, al no acogerse el Concello a este programa, los afectados no tiene opción de quedarse en la ciudad y se ven obligados a desplazarse a otros municipios. La parte positiva es que se libran de dormir al raso. La negativa, el desarraigo familiar, menos opciones de encontrar trabajo y el cambio de colegio de los hijos, ya que en la mayoría de los casos hay vástagos.

El número de personas que carecen de hogar en Vigo es una incógnita. El colectivo Os Ninguéns habla de sesenta a ochenta solo en el centro de Vigo, incluido el Casco Vello. Al no existir un censo oficial el cálculo solo tiene en cuenta a aquellas personas que viven en choupanas. Este es el motivo de que se solicite con insistencia un censo oficial para poder actuar en base a los datos.

«El problema de los desahucios no está en los propietarios de los pisos, ellos, lógicamente, quieren tener garantías de que van a cobrar; el problema es de la administración, que debería tener alternativas y avalar los alquileres. La gente es reacia a alquilar un piso a alguien que cobra la risga por temor a no cobrar», apunta Antón Bouzas, de Os Ninguéns.

La falta de viviendas sociales en régimen de alquiler es otro de los problemas, máxime en un momento como el actual en el que los precios se han disparado.

Se da el caso de familias que cobran en torno a 600 euros de una renta de integración social y pagan 450 del alquiler. Con lo que les queda tienen que afrontar como mínimo el recibo del agua, el de la luz y la comida.

«Es horrible, no podemos ir a Vila de Cruces, el piso está aislado, moriríamos de hambre»

A Elisabeth Gómez se le cayó el alma a los pies ayer cuando fue a ver el piso que la Xunta le ofreció en Vila de Cruces para evitar que se quede en la calle. Hoy caduca el plazo de quince días que le dio el juzgado de primera instancia número 13 de Vigo para la ejecución del lanzamiento y ayer aún no tenía notificación alguna, según le comentó su abogada. «Es horrible, no podemos ir a Vila de Cruces, es un pueblo minero, el piso está aislado, en las afueras, y no tengo coche, que voy a hacer allí desempleada y sin poder moverme; nos moriríamos de hambre y de frío», comenta esta vecina de Vigo. Asegura que ayer mismo le dijeron que solo había está vivienda disponible. Sin embargo, la Xunta asegura que tiene otra en Cambados. «Si me dicen que hay esa iría a verla, pero solo me han enseñado la de Vila de Cruces», insiste Elisabeth. Con ella viven cuatro hijos, tres de ellos menores de edad, de ahí su interés por que puedan seguir acudiendo a los centros de enseñanza. La intervención de la Valedora do Pobo fue decisiva para paralizar el desahucio.

 «Prefiero no mover más, espero que con lo que me han ofrecido se solucione»

El caso de María T. podría estar cerca de solucionarse. En la actualidad su abogado negocia la posibilidad de que se aplace el juicio, fijado para este mes, y el posterior desahucio, que se ejecutaría en diciembre. En este momento está a la espera de que la Xunta concluya la tramitación de una ayuda para pagar la deuda de 1.350 euros que mantiene con el casero, correspondiente a tres mensualidades. De momento ya le ha concedido un bono de alquiler de 200 euros mensuales. A esto se suman los casi 600 que percibe de la renta de integración social, también al mes. Su caso tuvo más trascendencia tras la intervención de la Valedora do Pobo, Milagros Otero, quien consiguió que la Consellería de Política Social cambiara la normativa de la risga para hacerla compatible con un salario pequeño. Ahora la plataforma de recaudación de fondos on line más importante, Gofundme, se ha ofrecido para conseguir fondos que eviten el desahucio. «Prefiero no mover más, espero que con lo que me han ofrecido se solucione», comenta María, quien insiste en mantener el anonimato, más que nada por los hijos pequeños.