La autora heredó de su bisabuelo tres fotografías y también la historia. «Sabía a través de mi madre, que él había participado en el salvamento de un barco, pero nunca supe ni el nombre ni ningún dato más. Sin embargo, un día, a través de Internet, localicé en un blog los apellidos de mi bisabuelo y me di cuenta de que todo lo que me había contado mi madre era realidad. No es que no la creyese, pero parecía un poco fabuloso. A partir de ahí empecé a indagar en el naufragio y comenzó la historia de este libro», dice.
Al igual que ocurría en Vigo, los trasatlánticos que viajaban a América en aquella época, llevaban un gran número de inmigrantes sin papeles que no embarcaban en los puertos sino en algún punto de la costa. El hundimiento del Sirio parece que tuvo que ver con esa circunstancia. «El barco encalló frente al cabo de Palos porque se acercó a la costa para recoger inmigrantes ilegales que querían ir a América. La mayoría de las personas que murieron no sabían nadar», explica Rosario Miloro, cuyo bisabuelo y sus compañeros fueron premiados y recompensados por la Sociedad de Salvamento de Náufragos y por el Gobierno de Italia.