Condenados una madre en Vigo y un matrimonio en Pontevedra por la inasistencia de sus hijos a clase

E. V. Pita / l. Penide REDACCIÓN / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Permitió que su hijo faltase 72 días al colegio en un curso escolar sin causa justificada

14 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Una madre de Vigo y un matrimonio de Pontevedra han sido condenados a sendas multas porque sus respectivos hijos menores de edad faltaron a clase.

En Vigo, una madre divorciada y maltratada aceptó pagar 720 euros como autora de un delito de abandono de familia en una vista por conformidad que se celebró en el Juzgado de lo Penal número 1. Permitió que su hijo faltase 72 días al colegio en un curso escolar sin causa justificada pese a las advertencias de la tutora y la Fiscalía de Menores e ignorando las cartas certificadas que el centro educativo le enviaba a casa para amenazarla con abrirle un expediente por absentismo escolar, lo que hizo en tres meses.

En este caso, el Juzgado de Violencia sobre la Mujer, como medida cautelar de su divorcio, le atribuyó la guardia y custodia del menor, por lo que tenía la obligación de procurar una adecuada formación y educación a su hijo como cotitular del ejercicio de la patria potestad y guardadora. El niño estaba matriculado en el curso 2016-2017 en un colegio de Vigo donde cursaba tercero de educación primaria. Pero la madre no adoptó las medidas necesarias para garantizar la asistencia del hijo al centro educativo.

Muchas más faltas acumuló un adolescente pontevedrés cuyos progenitores han sido condenados a abonar 840 euros de sanción por idéntico delito. Este es el segundo caso que trasciende en la ciudad del Lérez de un matrimonio multado penalmente por el absentismo de su hijo. En su caso concreto, se ha declarado acreditado que, durante el curso escolar 2015-2016, el menor, que por entonces tenía 15 años, sumó «un total de 115 faltas de asistencia á clase entre o inicio do ano escolar e o día 21 de abril de 2016, sen que os pais xustificasen as súas ausencias nin adoptasen medidas para evitalas».

El presidente de la sección segunda de la Audiencia sostiene que «non preocuparse por atallar [o absentismo] ou poñerlle remedio supón un incumprimento flagrante e patente dos deberes asistenciais, o que pode truncar as posibilidades que aos menores lles ofrece para a vida o ámbito educativo». De igual modo, carga contra los progenitores al sostener que «as pretendidas escusas que agora ofrecen [...] carecen de todo soporte minimamente crible e verificable, e mesmo nunca os eximirían de poñer fin á inasistencia ás clases».

Los pontevedreses ni acudieron al juicio ni a la cita con la Fiscalía

El vigués faltó cinco días en septiembre del 2016, seis en octubre, 18 en noviembre y diez en diciembre. Al año siguiente, volvió a faltar todos los meses una media de seis días. La tutora convocó a la madre a varias reuniones y a algunas ni acudió. La Fiscalía de Menores la citó en febrero y le avisó de que, o su hijo volvía a clase, o ella cometería un delito.

El que no acudió a esta cita fue el matrimonio pontevedrés, pero es que los cónyuges tampoco se presentaron al juicio en el que fue condenado y pasaron de las reuniones que les propusieron la tutora y el jefe de estudios.