En busca de un pienso eficaz
El hito internacional se alcanza tras haber revisado todos los protocolos de cultivo y, sobre todo, la alimentación. Una metodología «más rentable y replicable que las utilizadas hasta el momento», exponen desde el IEO de Vigo.
Cerrar el ciclo -esto es, conseguir que esta primera generación se reproduzca en cautividad- y dar con un pienso con el que se consigan crecimientos altos son los retos que ahora tienen los investigadores por delante. A la nutrición se meterá de lleno ahora Domingues. Aunque «se pueden alimentar con descartes de pescado, lo ideal sería disponer de un pienso que proporcionase altos rendimientos. Y ahí pueden ser de gran ayuda los avances conseguidos en México con el cultivo del Octopus maya que se cría en Yucatán. Cierto que esa variedad ya nace formada y puede comer pienso desde el primer día, pero bien podría servir para el vulgaris cuando ya esté asentado en el fondo.