Denuncian la «ridícula» barrera vegetal de la depuradora del Lagares

alejandro martínez VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Oscar Vázquez

Varias familias continúan sufriendo los malos olores de la planta

02 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Los vecinos que viven en el entorno de la depuradora del río Lagares echan en falta el gran cinturón verde que les iba a aislar de los ruidos y olores de la estación de tratamiento. Observan cómo los árboles plantados hace meses alrededor de la construcción se han secado porque apenas ha llovido desde entonces.

El problema de los olores ha disminuido con la entrada en funcionamiento de la nueva depuradora, pero no ha desaparecido. Las familias que viven en las pocas casas que se encuentran junto a los límites de la planta continúan percibiendo las emisiones producidas por el tratamiento de las aguas residuales de la ciudad. Cuando miran por la ventana siguen observando la antorcha que quema los gases que pensaban que iba a desaparecer.

Los residentes creían que la barrera vegetal contribuirían a minimizar las molestias Era además una de las cuestiones que les habían prometido durante la presentación del proyecto hace ya una década.

Pero los árboles de poco porte que fueron plantados en los terrenos situados entre las viviendas y el recinto de la depuradora no han creado ningún efecto de barrera. Las plantas se han secado y se confunden entre la maleza. El portavoz de Marea de Vigo, Rubén Pérez, propuso hace unos días que en los presupuestos del Concello de Vigo que se debatirán el 26 de este mes se contemple una partida específica para repoblar la vegetación del entorno de la depuradora y se materialice el cinturón verde que estaba contemplado.

El presidente de la asociación de vecinos de Coruxo, Emilio Pérez, afirma que insistirán en una próxima reunión que mantendrán en el Ayuntamiento para que aumenten el número de especies de la barrera verde. Solicitan la plantación de más arbustos grandes, «porque los pequeños van a tardar mucho en salir y queremos más verde, con mayor capacidad para filtrar las emanaciones de la depuradora y que se eliminen algunos olores», afirma.

Vertidos

Pero si algo preocupa especialmente a los vecinos de Coruxo son algunos vertidos que han detectado. Emilio Pérez señala que no todas las viviendas de esta parroquia están enganchadas al saneamiento ni todas las que tienen saneamiento conducen las aguas residuales a la depuradora. La asociación vecinal se ha dirigido a la concesionaria Aqualia para que examine «unos enganches de saneamiento que no sabemos a donde van. Queremos que nos lo expliquen porque tenemos una química que analiza el agua y en algunas zonas los resultados son bastante malos», señala el portavoz vecinal. Los residentes quieren que algún organismo oficial se encargue de verificar y no descartan presentar una denuncia ante Augas de Galicia.

La depuradora de aguas residuales fue inaugurada el pasado mes de abril y funciona a pleno rendimiento desde antes del verano. Hacerla realidad supuso un desembolso de 208 millones de euros.

«Nos la vendieron como que no iba a oler, pero el gas se nos mete dentro de las viviendas»

El cinturón verde motiva las quejas de los vecinos del entorno porque creen que es insuficiente. «No existe cinturón. No hay árboles ni se les espera, afirma Loli Comesaña, cuya casa se encuentra junto a la depuradora. «Se murieron porque los plantaron fuera de su época y después se olvidaron de ellos», afirma esta vecina que lleva muchos años sufriendo las consecuencias de vivir cerca de una estación de tratamiento. Pensaban que iban a poner árboles grandes que les aislaran. «Los pusieron pequeños y se murieron por no regarlos», dice. Recuerda que la pantalla vegetal estaba incluida en el proyecto de la depuradora para proteger las viviendas. «Era para no hacer tan drástico ver un mechero encendido o los olores que emite». Sin embargo, los olores no han desaparecido. «El metano se sigue metiendo dentro de nuestras casas y ahora no sabemos a quién recurrir», lamenta.

Metano

Neme Pérez, otra vecina, afirma que el viernes pasado llegó a su casa por la tarde y se asustó por el fuerte olor a metano. «Me asusté mucho porque era horrible». Además, lamenta la falta de mantenimiento del entorno. «La central de alta tensión está rodeada de maleza. Dejaron un camino para que pudieran entrar los coches y lo demás lo abandonaron. El riachuelo, que habían canalizado y limpiado quedó abandonado y ahora está lleno de maleza», afirma Loli Comesaña.