La herencia tóxica del puerto

Antón lois AMIGOS DA TERRA VIGO@TIERRA.ORG

VIGO CIUDAD

GUSTAVO RIVAS

El dragado de tres muelles esparcirá los lodos contaminantes

23 oct 2018 . Actualizado a las 09:16 h.

Hay cosas que es mejor remover y otras que no. Los lodos sedimentados en el puerto de Vigo encajan en la segunda categoría. La Autoridad Portauria ha anunciado el inicio del proceso de dragado en tres muelles (reparaciones, trasatlánticos y transbordadores) para aumentar su calado. De paso, se cortarán unas cuantas agujas rocosas que suponen un riesgo para la navegación. En total se estima que serán retirados más de 13.300 metros cúbicos de lodos y sedimentos.

Es una cantidad enorme de material que para hacernos una idea sería el equivalente al volumen de la torre del Concello. El problema radica en lo que está latente en esos lodos, de forma más o menos inerte mientras no se muevan. Gracias a las investigaciones del Instituto Español de Oceanografía y del Centro Oceanográfico de Vigo, sabemos que en esos lodos se encuentran cantidades significativas de metales pesados, fundamentalmente plomo y cadmio (tóxicos en dosis muy pequeñas), herencia de décadas de gasolinas y esmaltados de las grandes fábricas de cerámica que años después de que dejaran de emitirse siguen ahí como un legado al futuro. Sabemos también que existen hidrocarburos aromáticos policíclicos (los PAHs que se hicieron tan famosos con el Prestige). Sabemos que tenemos un amplio catálogo de clorobifenilos, PCBs para los amigos, compuestos tóxicos y persistentes utilizados en todo tipo de plásticos, pinturas y equipos hidráulicos. Sabemos que existen muchos impronunciables polodibromodifenil éteres, que vienen siendo retardantes de llama que incluyen bromo, otro mal vecino que además empezamos a estudiar hace muy poco pero que uno de sus primos, el tetrabromodifenil éter BD47, es muy abundante. No es una lista exhaustiva, pero suficiente para preocuparnos seriamente. La Plataforma en defensa de la ría de Vigo lleva muchos años advirtiéndolo, organizando jornadas donde la comunidad científica aporta la mejor información disponible y publicando sus conclusiones.

El proyecto del Puerto señala que todos los lodos extraídos serán depositados temporalmente en el muelle transversal, frente al Areal, donde serán tratados, un eufemismo que viene significando separarlos en función de su grado de contaminación, pues para los compuestos orgánicos persistentes y los metales pesados no existe tratamiento posible. En esa fase es donde llegarán las sorpresas en la categoría de las anécdotas (cuando se hacen este tipo de actuaciones siempre aparece cualquier cosa imaginable al cribar los lodos) y en la categoría de contaminantes. Sería una oportunidad para conocer al menos la caracterización completa de los tóxicos presentes en la zona portuaria, pues por ejemplo de toda la familia de los PCBs que abarca a 209 compuestos solamente se buscan y analizan siete, por lo que de la inmensa mayoría ni siquiera tenemos datos sobre su presencia y cantidad. El destino final de esos lodos se desconoce. Su gestión corresponderá a una empresa autorizada que, a su vez, deberá depositarlos en un vertedero igualmente autorizado, en ambos casos otro eufemismo (denominarlos empresas de gestión de residuos industriales para su depósito en vertedero de residuos tóxicos y peligrosos es algo que no suena bonito).

Si este último paso del proceso se cumple, algo habremos avanzado. Es imposible no recordar aquella pintoresca anécdota de unas cuantas partidas de los lodos de la antigua depuradora de Vigo que terminaron tirados como si fueran abono en una finca… de Monforte de Lemos. En cualquier caso, estos sedimentos en tierra son controlables y pueden confinarse en un vertedero de seguridad, el daño colateral inevitable va a ser todo lo que se remueva en el mar y su dispersión. En función de las corrientes y, especialmente si los trabajos coinciden con jornadas de mar de fondo especialmente frecuentes estos meses, estaremos devolviendo a la columna de agua todas estas sustancias que se irán desplazando hasta que vuelvan a sedimentarse y queden en la capa más superficial de los fondos marinos. Justo en donde se desarrolla la actividad de pesca y marisqueo. Sería importante reforzar los análisis y muestreos de contaminación en toda la ría y las cofradías de pescadores y mariscadores deberían exigir dicho refuerzo en los controles y extremar las precauciones. Vamos a sacar a la luz una larga herencia tóxica que podría al menos ser una oportunidad para reflexionar sobre lo que seguimos haciéndole al mar.