Hay paquetes turísticos para viajar a Vigo a ver las luces de Navidad. Como adelantó ayer La Voz, una mayorista comercializa en España y Portugal un producto denominado «Galicia Rías Bajas. Especial Alumbrado Navideño Vigo». El circuito oferta un total de tres noches de hotel e incluye un recorrido en el que «300 calles, fachadas, mercados municipales y demás instalaciones públicas conformarán este año el alumbrado, en comparación con los de Londres, Tokio, Nueva York, París y Berlín». El anuncio concluye citando al regidor: «Según el propio alcalde, este año será el no va más».
Es probable que este nuevo producto turístico provoque mucha risa entre algunos opositores a Abel Caballero. Pero es difícil que alguien pueda negar que esto produce riqueza. Que llena hoteles, cafeterías y restaurantes. Y que deja mucha pasta en la ciudad. Mientras que la promoción ha salido gratis: millones de personas han visto el vídeo festivo de su comparecencia ante los medios retando a las capitales del mundo.
Lo que pudo parecer una ocurrencia, resulta que da resultados. Y está muy mal informado quien crea que las luces de Navidad no son un reclamo turístico. En Madrid, en Sevilla y en Málaga, ciudades donde también están ya colocando los adornos, se facturan muchos millones navideños. En Madrid, por ejemplo, el año pasado se agotaron los 100.000 billetes de la EMT para el Naviluz, el autobús de dos pisos que recorre la ciudad para ver las luces. Nada menos que 12 autocares cada hora, con salidas cada cinco minutos desde noviembre hasta el 5 de enero. ¡100.000 pasajeros! Ahí queda la idea…