Juan Pardo Froján: «Los títulos de la Universidad de Vigo han superado las pruebas de plagio»

María Jesús Fuente Decimavilla
María Jesús Fuente VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

M.MORALEJO

Industriales fue pionera en la aplicación de programas informáticos para detectar copias

14 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La Escuela de Ingeniería Industrial de la Universidad de Vigo, que dirige Juan Pardo Froján, fue una adelantada en la prevención de plagios. Antes de nada, el profesor advierte que la universidad no es lo que a veces se transmite por cuestiones ajenas, nada académicas, con las que se mete a todo el mundo en el mismo saco. «Hay que ser prudente y no generalizar», avisa.

-¿Qué papel jugó la escuela en las medidas antiplagio?

-Fue de las pioneras. En el 2013 se hizo una apuesta y se dio un salto cualitativo. Entonces yo estaba en el equipo directivo. Se apostó por poner en marcha las herramientas necesarias, un programa informático para detectar el mal uso de las fuentes. Arrancó en Industriales y se fue extendiendo al resto de la Universidad. Tenemos ese bagaje.

-Ahora aparecen plagios por todas partes, ¿es tan fácil detectarlos?

-El software antiplagios facilita la búsqueda en las bases de datos y detecta similitudes con fuentes. Esto requiere de un posterior proceso de análisis riguroso para ver si tiene razón de ser. No se puede hacer de forma automática, no es tan sencillo.

-Entonces, la confirmación final corre a cargo de personas.

-Efectivamente. El programa puede dar un 25 % y no ser plagio, ser legal. Y puede tener un 15 % e incluso un 10 % y ser plagio al estar centrado en una idea o en un cálculo adueñado.

-¿Están formados los docentes para estas valoraciones?

-La Universidad de Vigo está realizando cursos de formación. Casi es una condición imprescindible para utilizar el software.

-¿Por qué ahora salen tantos casos a la luz?

-No tenemos mucha cultura en ese ámbito y hay que cambiar ciertas cuestiones. Pasa también en otros campos como la música. En algunos casos se empezó con un uso limitado a ciertos ámbitos y a otros no, aunque cada vez se extiende más. Ese vacío se ha intentado aprovechar. En nuestra escuela, cualquier alumno tiene un código ético.

-¿Ha detectado plagios la Universidad de Vigo?

-Temas de plagio propiamente, a mí no me han llegado. Han sido citas incorrectas, mal uso de la información, con lo que se hace un informe para pedir que se subsanase. Si no, no se supera, ya sea fin de grado, de máster o tesis. Los casos han sido muy pocos, se cuentan con los dedos de una mano. Puede darse que se añada información técnica de un catálogo, pero no se incurre en plagio, es una referencia a un fabricante. En la escuela hicimos mucho trabajo preventivo para que todo el mundo estuviese concienciado y no se dieran esas situaciones. Esto evitó que se incurriera en delito de apropiación. La gente puede estar tranquila, la universidad, con sus defectos, garantiza que lo que hace cumpla y responda a unos principios. En el caso de Vigo, los títulos han superado las pruebas [contra el plagio] de forma correcta. Todo es mejorable, pero hay instrumentos y voluntad.

-¿Se aplica a todos los trabajos?

-En Industriales, sí. Cualquier trabajo fin de grado, de máster o de tesis pasa por este sistema.

-¿Las garantías son del cien por cien?

-Eso es imposible. Aunque cada vez es más difícil y hay más herramientas para cotejar, no tienen toda la información que se maneja a nivel global. Pero las personas que plagian tampoco saben si sus datos figuran o no.

-¿Desde el 2013 se ha actualizado el sistema?

-Cada vez las bases de datos o repositorios van aumentando. Ha habido un avance muy importante, también en los motores de búsqueda. Nosotros apostamos por Turnitin, nos pareció la herramienta más completa.

-En febrero la Universidad de Vigo dijo que daría un paso más.

-Sé que se está haciendo algo en ese sentido. Hasta ahora las iniciativas son de escuelas, facultades... no de forma coordinada. Lo que se pretende es establecer una normativa, un marco común.

-Hace años se habló de un posible caso en el campus de Ourense y en el 2017 de otro que supuestamente implicaba al presidente del Comité Olímpico Español.

-Los desconozco, lo que sé es por la prensa, son casos que se me escapan y no he vuelto a oír nada.