Música de metal, pero nada «heavy»

c.p. LA VOZ / VIGO

VIGO CIUDAD

M.MORALEJO

Las gradas de dos astilleros de Vigo se convierten en escenario de conciertos intimistas

08 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Todos los días albergan su propia música. La de los golpes sobre la chapa, la de las grúas en movimiento, la de los trabajadores entrando y saliendo de las piezas que van cobrando forma antes de flotar sobre el mar. Pero ayer, las gradas de los astilleros Freire y Cardama cambiaron su banda sonora y los actores que desde hace décadas se mueven en su interior.

El festival Sinsal eligió ayer el interior de ambas factorías para propiciar, pese a la magnitud y estética de maquinaria y grúas, una cita musical intimista. «Todos los días hay arte y música en el trabajo en estos astilleros, no se trata solo de gente ruda», quiso ensalzar la organización del evento para argumentar la continuidad sonora que pretendía lograrse con las actuaciones. El brasileño Castello Branco pulsó con su guitarra en el astillero Cardama esa entonación personal que le ha convertido en una de las figuras de su generación en su país. No pocos asistentes al singular concierto vieron en sus giros y entonaciones ecos del portugués Salvador Sobral.

Concierto simultáneo

Casi al mismo tiempo y en la cercana factoría de Freire, la misma apelación casi de concierto de cámara, era protagonizado al piano por la profesora de clave del Conservatorio de Vigo María del Mar Moreno Blanco. Ella eligió variaciones de Goldberg para que resonasen sobre el suelo de cemento y el entramado de extremidades de metal y grúas del astillero.

Branco emitía sus delicados sones con el mar de Bouzas de fondo.

Vinculación con el mar

«Elegimos los astilleros por su vinculación con el mar, pero que al mismo tiempo dejan de ser nuestros escenarios habituales», apuntaron desde la organización del Sinsal, que un día antes llevó sus actuaciones al Museo do Mar de Galicia en Alcabre, y que han elegido históricamente para sus eventos otro enclave marino como la isla de San Simón.

Y si el ambiente musical creado logró el intimismo buscado por promotores y artistas, Castello Branco incidió en ello al confesar ante su público que vivió durante 15 años en un convento con su madre monja.

Con la conexión establecida con los ocupantes por un día de las gradas del astillero vigués, el joven compositor brasileño regaló varios bises antes de poner fin a la cita musical de metal, y sin embargo, nada heavy.

El sábado, de manera gratuita, y con un importante aforo, los seguidores del Sinsal Son Estrella Galicia pudieron participar del desarrollo de actividades didácticas y conciertos en los jardines e interior del Museo do Mar en Alcabre con grupos como Vudú, Grupo Viqueira, el DJ Viktor Flores y Sunset Rollercoaster.