El Sergas y Povisa celebran una reunión de urgencia para tratar de salvar el hospital

Ángel Paniagua Pérez
A. Paniagua VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

M.MORALEJO

La firma se encuentra en preconcurso de acreedores

01 oct 2018 . Actualizado a las 13:39 h.

El preconcurso de acreedores que el Hospital Povisa presentó en el juzgado el viernes cayó como una bomba de relojería en la Consellería de Sanidade. El propio conselleiro, Jesús Vázquez Almuíña, mandó convocar a la dirección del mayor hospital de Galicia para hoy, después de que la empresa hiciese pública su situación. En la consellería la conocían, aunque no se esperaban que estallase el viernes.

Esa reunión será la primera que se celebre después de la presentación del preconcurso, aunque no será el primer contacto, porque los ha habido telefónicos y por escrito. Tampoco será la primera reunión en la que se aborde la situación económica del hospital. A lo largo de este año ha habido varios encuentros en los que Povisa ha avisado de las pérdidas que registra. Desde que entró en vigor el concierto del año 2014, las pérdidas superan los 15 millones de euros brutos (después de impuestos se reducen), pero el hospital atribuye 42 millones al daño que le ha provocado el concierto con el Sergas. Estos están compensados con reservas del propio hospital, que no ha repartido dividendos en 25 años, y con su actividad privada.

Alternativas

Como adelantó ayer La Voz, Povisa ha presentado dos escenarios al Sergas: que le pague más o que asuma sus 137.000 pacientes. El primer caso significaría que el Sergas empieza a asumir el coste de algunos tratamientos farmacéuticos que ahora tiene que pagar al hospital, así como de determinadas pruebas que necesitan los pacientes y que, como Povisa no las hace, debe derivarlos a otros centros.

Ahora se antoja una negociación difícil. En primer lugar porque Povisa ha presentado un preconcurso de acreedores, el paso previo a la suspensión de pagos. La ley reserva esta figura para que las empresas en apuros lleguen a un acuerdo con sus acreedores, es decir, con las empresas a las que deben dinero. Pero Povisa no debe nada al Sergas, porque el Sergas no es un acreedor, sino un cliente. Sin embargo, el hospital culpa al Servizo Galego de Saúde con su situación, de ahí que vaya a negociar con él y vaya a demorar, de momento, la negociación con sus proveedores y con los bancos, a los que sí debe dinero.

Plazo

En segundo lugar, la negociación será difícil por el tiempo. La ley da tres meses para llegar a un acuerdo que Povisa lleva un año buscando. Es decir, tienen hasta finales de año. En el mes siguiente, si no hay acuerdo, debe formalizar el concurso. Sería a principios del 2019, poco tiempo antes de las elecciones municipales de mayo. Tratándose de una negociación con la Xunta, este contexto no es menor. Porque hay pacientes sobre la mesa y una plantilla de unos 1.500 trabajadores, la segunda de una empresa privada en Vigo.

Además, todo ello debe suceder mientras Povisa sigue prestando asistencia sanitaria a 137.000 personas, que son las que tiene asignadas por el Sergas. Cobra por cada una 540 euros al año, sin importar que vaya mucho o poco al hospital. A cambio, el Sergas le impone objetivos que debe cumplir, igual que al resto de hospitales de Galicia. Se trata de cuestiones como la reducción de la lista de espera o la dispensación de medicamentos genéricos. Entonces, en este período financiero complicado, Povisa debe demostrar que mantiene la calidad. De hecho, en noviembre se volverá a abrir el plazo para elegir hospital entre los usuarios de O Val Miñor y O Morrazo.