«Si llego a estar durmiendo, no lo cuento, esta casa era un polvorín»

e. v. pita VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

XOAN CARLOS GIL

Un vecino de Lavadores regó con una manguera desde un balcón para controlar un incendio en una furgoneta

27 sep 2018 . Actualizado a las 08:06 h.

La rápida actuación de un vecino de la calle Lavadores impidió ayer de madrugada que un incendio provocado en una furgoneta aparcada se extendiese al edificio colindante, cuya fachada resultó dañada. La acción vandálica parece una venganza o intimidación contra un vendedor ambulante que vive en el barrio.

Un testigo contó a la Policía Local que a medianoche cuatro individuos corpulentos se apearon de un Renault Clio azul y aporrearon la puerta de la vivienda de un vendedor ambulante en Lavadores sin que nadie les abriese. Media hora después, ardió la furgoneta Nissan Vanette Cargo estacionada cerca de la vivienda y que es propiedad del morador de aquella casa. Los agentes sospechan que ambos hechos están relacionados y que el fuego es provocado.

Pasada la medianoche, a las 0.20 horas, el autónomo Benigno Doval trabajaba en su ordenador cuadrando presupuestos cuando olió a quemado en la calle, en el número 137 de la avenida Alcalde de Lavadores. Salió al balcón y vio arder una Nissan estacionada debajo. Llamó a los bomberos y, desde su balcón del segundo piso, roció agua con una manguera para cortar el avance de las llamas, que en aquel momento afectan a la parte de atrás de la furgoneta y del maletero. Logró controlar el fuego hasta que llegó el equipo de extinción.

«Temía que prendiese fuego a nuestro edificio, hubo suerte, si en vez de trabajar en casa, estuviese durmiendo, hoy [por ayer] no lo cuento», explica. Comenta que su vivienda es antigua y carece de placas de protección. «Esta casa era un polvorín, cuando ardía, mi mayor preocupación era refrescar la fachada. Si eso planta fuego en la casa, ardía el edificio entero como una tea», dice.

Otro dato que aporta un vecino es que, justo después del incendio, vio arrancar un coche oscuro que estaba parado un poco más adelante.

El inmueble afectado está compuesto de un bajo comercial donde tiene sede una peluquería, un primer piso desocupado y el segundo, donde reside dicho vecino. Las llamas dañaron a la fachada, «sobre todo por la acción del humo», la barandilla de un balcón y las rejas, la pintura de la puerta y los letreros de la peluquería. En dicho negocio, la encargada no se explicaba ayer lo que había ocurrido: «Al llegar a la mañana, vi la furgoneta quemada. No sé qué pasó».

Alerta por otro coche

Los bomberos señalan que, casi simultáneamente, a las 0.37 horas, solo 17 minutos después de la intervención en Lavadores, recibieron una segunda llamada para extinguir el fuego en otro coche, esta vez estacionado en el número 120 de Gran Vía. Los bomberos no intervinieron porque concluyeron que era una falsa alarma y que el coche solo estaba estropeado por una avería, sin mayor incidencia.