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Xosé Ramón Castro
x. r. castro VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

cedido

El departamento de rendimiento deportivo de la Universidad de Vigo analiza y asesora al Flic Flac vigués, club que tiene como reto asaltar un podio mundial

27 sep 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace algún tiempo que el Flic Flac, el club de gimnasia acrobática de Vigo, se codea con la élite mundial y cada día esta más cerca de asaltar un podio en una competición universal. Le falta el último paso y para conseguirlo Jorge Méndez, el alma máter de la entidad, recurrió al departamento de rendimiento deportivo de la Universidad de Vigo con la pretensión de que alguien de lo más competente auditase la manera de entrenar del club y por dónde debían ir los índices de mejora. De ahí nació un convenio de colaboración que tiene como objetivo que las decisiones de los entrenadores estén lo más fundamentadas posible y que la carga de entrenamiento tengan más efecto en los gimnastas y al mismo tiempo les alargue en lo posible su vida deportiva.

Todo comenzó en un encuentro de compañeros de promoción de INEF. Jorge Méndez y Óscar García, doctor en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, formaban parte de la misma hornada y los dos crecieron en diferentes ámbitos del deporte. Cuando coincidieron, el hombre del Flic Flac le lanzó el guante. «Me comentó que habían dado un salto de calidad importante y que precisaban un apoyo que fundamentase la acción del entrenamiento que tenían. Necesitaban saber por qué hacían las cosas para mejorar y dar otro salto a nivel de rendimiento», comenta el profesor Óscar García, mientras alaba la valentía de su antiguo compañero, «que en vez de mirarse el ombligo se preguntó cómo podía seguir mejorando».

García y el personal de su departamento recogieron el guante -«le propuse evaluar a los gimnastas en situación de competición para ver el estrés físico y metabólico y así poder orientar mejor la carga de entrenamiento»- y pasaron a la acción, lo que se tradujo en una visita al pabellón de la ETEA, en donde entrenan habitualmente, para evaluar a las gimnastas muscular y metabólicamente, previa reunión y consentimiento de los padres.

Para asumir el reto utilizaron herramientas de medición del laboratorio de rendimiento que permiten comparar los diferentes grupos musculares de la misma persona y establecer similitudes y diferencias entre los gimnastas.

El análisis posibilitó hacer informes individualizados de cada deportista con el objetivo de ver su proyección de cara al futuro y de concretar en dónde debería concentrarse su carga de entrenamiento: si en la parte de composición corporal, en reducir grasa o ganar fuerza. El estudio también puede ayudar en la prevención de lesiones.

Los resultados arrojan varios datos. El primero, «confirmamos que sin duda se había hecho un buen trabajo», y el segundo, que la Universidad puede ayudar al Flic Flac en ese margen de mejora deseado «en cosas puntuales» como el trabajo de compensación y en mejorar metabólicamente a alguno de los gimnastas porque entra rápido en fatiga. «Los matices que te hacen subir al cajón o acabar cuarto». «Nosotros lo que queremos es ganar una medalla mundial y a estos niveles afinar una cosa o pesar 500 gramos más o menos pueden ser una décima que te meta en el podio», indica Jorge Méndez, que considera fundamentales los informes «para que la Universidad nos ayude a mantener o cambiar el rumbo de los entrenamientos en la parte de la preparación física. Nos interesa saber cosas como si la cantidad de masa muscular y la contractibilidad es la adecuada para un determinado tipo de esfuerzo. Esos pequeños matices en el alto rendimiento marcan la diferencia».

Por ejemplo, el estudio les ha confirmado que los niños recuperan antes que los adolescentes «y como eran tríos o parejas descansaban lo mismo y ahora los mayores descansan un poco más que los pequeños».

Superada la fase inicial, Flic Flac y Universidad van a establecer unas pautas de control (dos o tres al año) y con toda probabilidad algún gimnasta entrenará un día a la semana en el centro académico «para que les podamos observar y trabajar con ellos con los potenciómetros». Todo, para asaltar la élite mundial, pero sin perder la perspectiva, «porque estamos trabajando con jóvenes y debemos tener mucho cuidado». Con fundamento.