Juzgan a un traficante de droga de Chapela por presionar desde la cárcel a la hija que lo delató

E. V. PITA VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

M. Moralejo

La joven denunció a su padre y probó que le enviaba cartas con cocaína desde Paraguay a su casa

06 sep 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La Fiscalía pide 3 años de cárcel para un traficante de drogas acusado de enviar dos cartas intimidantes desde la cárcel a su hija que lo delató para presionarla con el objetivo de que no declarase contra él. El juicio se celebró ayer en el Juzgado de lo Penal número 3 de Vigo contra J.M.C.F. por un supuesto delito de obstrucción a la Justicia.

Todo empezó en el verano del 2016, cuando el implicado envió desde Paraguay tres sobres por correo postal que contenían cada uno 50 gramos de cocaína. Iban dirigidos al buzón de la casa de Chapela, en Redondela, donde vivía sola su hija de 25 años. La joven se asustó al ver los correos con droga, tuvo miedo y denunció a su padre en la Policía, y aportó pruebas para procesarlo. Su progenitor aceptó en el 2017 una condena en la Audiencia por un delito contra la salud pública.

En el juicio de ayer, el acusado alegó que se lleva «bien» con su única hija y que el trato es bueno, y recordó que ella le dijo que no lo había delatado y luego resultó que era la denunciante. «Envíe las cartas porque vi que ella estaba nerviosa y le recomendé que buscase un abogado que la asesorase. Cuando supe que fue ella la que me denunció ya no le escribí más cartas porque no tenía nada que decir pero no pretendía cambiar su versión. Le dije que nos veríamos las caras porque mintió y yo le enseñé que con la mentira no se va a ningún lado pero no amenacé a mi hija», alegó ante la jueza.

La joven calló en el juicio tras acogerse a la dispensa legal para no declarar contra un familiar.

Misivas «intimidantes»

El fiscal sostuvo ayer en el juicio que en prisión provisional en A Lama por el delito contra la salud pública, el recluso se enteró de que la denuncia que destapó la droga fue firmada por su propia hija, que lo delató. Según la Fiscalía, el recluso escribió dos cartas «intimidatorias» a la joven el 28 de noviembre del 2016, unos meses después del arresto, para «conminarla» a modificar su declaración judicial como testigo. En una carta, el convicto dice a su hija: «Te pusiste nerviosa y contaste lo que contaste, te aconsejo que vayas a un abogado a declarar para que no te engañen más y no la líes, esto no es una broma». Recuerda que le podrían caer seis años de cárcel y que lo único que tiene la policía es su declaración. Negó haber estado en Paraguay cuando mandaron el correo. «No metas la pata y si quieres dale esta carta a la policía también, algún día vas a tener que ver a la cara y contarme por qué», añadió.

El fiscal interpreta que el padre pretendía influir en su hija para que cambiase su declaración incriminatoria, lo que le causó desasosiego y temor a ella. A raíz de dichas cartas, un juez ordenó el alejamiento de la joven y prohibió comunicarse con ella.

Un año después, el implicado aceptó tres años de cárcel en la Audiencia de Pontevedra por los envíos desde Paraguay pero la pena fue suspendida a cambio de seguir con la desintoxicación.

En su día, los agentes y ella acordaron decir, para que evitar problemas con su progenitor, que la droga fue descubierta de casualidad en un registro sorpresa en la vivienda. La hija vivía sola porque sus padres estaban en un proceso de divorcio.

El fiscal acusa al progenitor de querer influir en su familiar para que cambiase su testimonio