Patricia reconoce también que antes venía mucho por la zona, pero que últimamente la frecuenta menos porque se ha mudado a Redondela. «Hace dos meses que no paseábamos por aquí y está mucho más deteriorado». No se fue sin hacer una valoración general de los diferentes lugares públicos de la ciudad: «A todo Vigo le hace falta un poco más de cariño». Tomás Rodríguez camina muy a menudo por As Avenidas por motivos laborales. «El estado actual del paseo da una imagen lamentable a todos los turistas que vienen», opina. En relación a la zona ahora derruída, señala la suerte que tuvieron tanto él como su mujer. «Estuvimos en uno de los conciertos del festival Seafest el pasado mes de julio, menos mal que no pasó nada».
José Barbosa pasea con su hijo en paralelo a las vallas cuando accede a mostrar su valoración: «El paseo lo veo fatal, está abandonado completamente. No sé de quien tiene la responsabilidad, pero la verdad es que esto es un cachondeo». Añade también que si la gente sigue paseando es porque «los barcos con turistas siguen atracando aquí», pero que si eso no fuera así, «otro gallo cantaría». «Antes, esto estaba muchísimo mejor, pero de unos años para aquí, la situación es nefasta», concluye Barbosa, que cede la palabra a María Jesús Posada, la única voz medianamente piadosa con el estado ruinoso del paseo. «Aunque haya cosas que sea necesario reformar, la verdad es que creo que el sitio está muy bien», afirma antes de reconocer: «Nunca he tropezado ni nada por estilo. ¡No vaya a ser ahora que lo diga y me voy caer!», bromea mientras continúa con su apacible recorrido con vistas a la ría.