
Tres semanas después del accidente en As Avenidas los transeúntes critican su mala imagen
02 sep 2018 . Actualizado a las 21:05 h.El muelle contiguo al paseo de As Avenidas permanece precintado desde el accidente en O Marisquiño, que causó 467 heridos. Pero no es el único espacio de esta emblemática y turística zona que está en muy mal estado. Tanto es así que genera un reguero de críticas entre los peatones, sean locales o foráneos, que recorren este balcón a la ría sin entender cómo las Administraciones con competencias en este espacio público llevan años enzarzadas en sus pulsos políticos sin importarles el mal estado que evidencia el paseo o el desgaste de la estructura que lo sostiene.
Basta con recorrer la zona para comprobar, al momento, que está lleno de baldosas levantadas en su parte inferior. Pero la precaria situación afecta a todo el paseo: desde el centro comercial A Laxe hasta el edificio que alberga la sede de la Xunta. Una situación cuanto menos peligrosa para los viandantes que prefieren no pasar por encima de este campo de minas en forma de baldosas rotas por miedo a tropezar, tal y como comprobó La Voz esta semana. El problema adquiere mayor calado si se tiene en cuenta que esta es la primera impresión que se llevan de la ciudad los muchos turistas que recalan en Vigo en los cruceros. Además, en la zona se organizan eventos de gran envergadura como O Marisquiño o el Vigo Seafest.
Entre las numerosas personas que caminan por As Avenidas todos los días está Jose Manuel Rodríguez, que observa el muelle donde ocurrió el accidente de O Marisquiño con mucho interés. Respecto al paseo de As Avenidas opina que «está fatal y nadie puede decir que no sea así» y añade que en numerosas ocasiones ha visto a mucha gente tropezar con las baldosas sueltas que hay por todo el paseo. Rodríguez frecuenta la zona a diario desde que se jubiló tras 33 años trabajando en el mar. En los jardines contiguos se encuentra Patricia Rodríguez, que ha decidido pasar el día junto a sus hijos en el paseo. Camina con un carrito de bebé y elige ir por la parte superior, en mucho mejor estado. «Con esto es complicado caminar por el paseo de As Avenidas», explica.
Patricia reconoce también que antes venía mucho por la zona, pero que últimamente la frecuenta menos porque se ha mudado a Redondela. «Hace dos meses que no paseábamos por aquí y está mucho más deteriorado». No se fue sin hacer una valoración general de los diferentes lugares públicos de la ciudad: «A todo Vigo le hace falta un poco más de cariño». Tomás Rodríguez camina muy a menudo por As Avenidas por motivos laborales. «El estado actual del paseo da una imagen lamentable a todos los turistas que vienen», opina. En relación a la zona ahora derruída, señala la suerte que tuvieron tanto él como su mujer. «Estuvimos en uno de los conciertos del festival Seafest el pasado mes de julio, menos mal que no pasó nada».
José Barbosa pasea con su hijo en paralelo a las vallas cuando accede a mostrar su valoración: «El paseo lo veo fatal, está abandonado completamente. No sé de quien tiene la responsabilidad, pero la verdad es que esto es un cachondeo». Añade también que si la gente sigue paseando es porque «los barcos con turistas siguen atracando aquí», pero que si eso no fuera así, «otro gallo cantaría». «Antes, esto estaba muchísimo mejor, pero de unos años para aquí, la situación es nefasta», concluye Barbosa, que cede la palabra a María Jesús Posada, la única voz medianamente piadosa con el estado ruinoso del paseo. «Aunque haya cosas que sea necesario reformar, la verdad es que creo que el sitio está muy bien», afirma antes de reconocer: «Nunca he tropezado ni nada por estilo. ¡No vaya a ser ahora que lo diga y me voy caer!», bromea mientras continúa con su apacible recorrido con vistas a la ría.
El paseo de As Avenidas no es el único lugar icónico de Vigo en condiciones precarias por la falta de entendimiento entre el Puerto y el Concello. El paseo de Bouzas se encuentra también en una situación lamentable, tanto que un tramo de madera está cerrado.