«Conocimos el Camino a través de un reportaje en la televisión alemana sobre cómo se hacía antiguamente»
VIGO CIUDAD
Ilona Kulinska y Magorzata Lewicka beben un café solo de gran tamaño en uno de los bares de la plaza de la Colegiata. Es mediodía del jueves y estas jóvenes de la ciudad polaca de Poznan cuentan que eligieron el Camino Portugués por la Costa porque en su lugar de origen no hay mar: «Nunca habíamos sentido antes el océano, su olor y la brisa marina».
Comenzaron el Camino en Oporto, pero antes fueron a Lisboa en avión desde su país. «Fuimos en autobús por Portugal con todas nuestras cosas antes de comenzar a caminar», explican. Es la primera vez que lo hacen y, por el momento, están teniendo una impresión fantástica del mismo. «¡Nos está pareciendo maravilloso!», exclaman con una gran sonrisa en el rostro ante la excolegiata viguesa.
La única pega que le ponen son las pocas plazas que hay en los albergues respecto a la gente que han comprobado que lo utiliza. «Nos levantamos a las cinco de la mañana para asegurarnos un sitio donde dormir», dice una y asevera la otra. Las dos mujeres son buenas amigas. Fue Lewicka la que convenció a Kulinska para emprender esta aventura. «Lo conocimos a través de un reportaje en la televisión alemana sobre cómo se hacía antiguamente. Nos quedamos impresionadas por cómo los peregrinos cruzaban los pantanos por sus propios medios», explica Lewicka.
En cuanto a la señalización, explican que «Portugal es mejor que España» y confiesan que en algunos momentos se han sentido perdidas.
Debido a la falta de albergues en Vigo, decidieron dormir esa noche en un hostal de la calle Real, en pleno Casco Vello. «Es la primera vez que nos sucede algo así en todo el viaje», aseguran.En su caso, entraron en Vigo por las playas, pasando por el barrio de Bouzas. «Realmente nos encantaron los astilleros», afirman.
A pesar de las complicaciones para encontrar un lugar donde dormir, consideran que este día es el mejor de todo lo que llevan de Camino porque les maravilla la ciudad.