El paseo de la vergüenza

VIGO CIUDAD

Diego Pérez

El levantamiento parcial del precinto y el desmontaje de las instalaciones de O Marisquiño permite ver el calamitoso estado de la senda marítima de Vigo. Ya nunca sabremos si se hubiese evitado el accidente con el arreglo a fondo de esta zona que Puerto y Ayuntamiento se negaron a acometer durante años

18 ago 2018 . Actualizado a las 17:51 h.

Basta una caminata de cuatro minutos para descubrir el paseo de la vergüenza. El levantamiento parcial de las instalaciones de O Marisquiño y del precinto policial permite comprobar el ruinoso estado de As Avenidas, la zona portuaria objeto de discordia entre la Autoridad Portuaria y el Ayuntamiento de Vigo durante años. En una esquina resultaron heridas 467 personas el pasado domingo. Milagrosamente, no hubo que lamentar ningún muerto.

Lo que se desplomó fue la estructura que sustentaba el muelle de madera donde estaba el público de un concierto, pero ya nunca sabremos si el arreglo previo de toda la zona hubiese evitado la catástrofe. Es decir, nunca sabremos si al reponer las tablas y las piedras rotas y levantadas que hoy siguen representando un peligro para cualquier peatón se hubiese revisado el hormigón que hay debajo. Puerto y Concello han estado pasándose la bola sin pudor sobre quién era responsable del mantenimiento. Ahora están dispuestos ahora a solucionarlo. Propósito de enmienda... obligados por las circunstancias. Tanto el presidente portuario Enrique López Veiga como el alcalde Abel Caballero se confiesan dispuestos a sentarse y pactar. En principio, lo harán pidiéndole el dinero al Ministerio de Fomento. 

De momento, cientos de vigueses y turistas que paseaban hoy por el lugar se sorprendían al caminar por el primer tramo del paseo de As Avenidas. «Es increíble lo mal que está esto. ¡Da miedo!», afirmaba Vicente Cuadrado, un salmantino que se hospeda con su mujer y sus hijos en un hotel del centro de la ciudad. Muchos curiosos siguen acercándose a la zona cero del accidente de O Marisquiño para sacar imágenes y hacerse selfies. Las vallas impiden el acceso al cráter que dejó el accidente, pero también impiden el acceso al resto del paseo de madera y a una parte del paseo de piedra que hay a continuación. Pero también se ve su estado. Vergonzoso.