10.000 mayores viven solos en el casco urbano, el doble que hace una década

María Jesús Fuente Decimavilla
maría jesús fuente VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Oscar Vázquez

La falta de plazas en residencias públicas y el elevado precio de las privadas hacen que opten por quedarse en casa

15 ago 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La población de Vigo envejece a pasos agigantados y a esa misma velocidad se produce un fenómeno, la soledad de los mayores. Vigo cuenta en la actualidad con 62.175 personas que superan los 65 años, el 20,4 % de la población. De ellas, 13.130 viven solas y en torno a diez mil residen en el casco urbano. Las zonas del centro, Casablanca, Venezuela, Camelias y As Travesas son las más afectadas por este fenómeno. Por el contrario, es en el ámbito rural donde menos se detecta. En concreto, en las parroquias de Matamá, Beade, Bembrive, Valadares y Zamáns. Le siguen las zonas costeras como Alcabre, Navia, Comesaña, Coruxo y Oia. En conjunto, en todas estas parroquias viven en soledad unas 3.700 personas.

La interpretación que dan psiquiatras de Vigo a la diferencia entre el casco urbano y el medio rural es que en este último hay muchos más hogares formados en torno a viviendas unifamiliares. Debido a su mayor tamaño se pueden concentrar más miembros de la familia. Por el contrario, en el centro dominan los pisos con una superficie inferior.

Otro de los motivos que llevan a los mayores a vivir solos es la falta de medios para poder pagar una residencia y la ausencia de plazas en aquellas que tiene precios más asequibles. En la actualidad las residencias públicas de Vigo no solo tienen lista de espera, sino que acogen en exclusiva a personas con algún tipo de dependencia.

El reciente anuncio de la Xunta de conceder un bono de 490 euros a los mayores sin plaza en residencias públicas podría paliar en parte el problema. Ahora el temor es que no haya plazas en la ciudad y que la gente se vea obligada a trasladarse a una residencia de otra localidad, como ya ha sucedido en alguna ocasión. Muchos mayores prefieren vivir solos en sus viviendas que abandonar su entorno. Entidades como Cruz Roja y Amigos dos Maiores cuentan con programas de apoyo, igual que el servicio municipal de cuidadores de barrio que gestiona Érguete. José Antonio Rodríguez, Josecho, es una de las personas que recurren a ellos. A sus 86 años a este vecino de O Calvario no se le pone nada por delante pese a sus 17 operaciones de la vista. Lo único que quiere es salir a la calle, ver gente y tomar una copita de albariño. En cuanto conoció este servicio no dudó en solicitarlo.

Una muestra de la tendencia imparable es que la cifra de mayores de 65 años que vivían solos en Vigo hace una década rondaba las ocho mil personas, casi la mitad que en la actualidad.

Si algo está claro es que cada vez son más y que las instituciones y la sociedad deben prepararse para este nuevo panorama, según advierten de forma reiterada expertos como el presidente de la Sociedad Galega de Xerontoloxía y Xeriatría, Miguel Ángel Vázquez. Hace hincapié en que es necesario implicar a los jóvenes: «Si no se produce ese vínculo intergeneracional es como si hubiese dos ciudades y nos olvidásemos de los mayores, que pasan a ser como una población invisible». El número de vecinos centenarios de Vigo ronda los 150.