120 familias esperan hasta medio año para incapacitar a ancianos

e. v. pita VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

M.MORALEJO

El juzgado de familia hará un plan de choque en octubre para reducir los plazos

24 jul 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

En Vigo hay 120 familias que tendrán que esperar hasta medio año a que el juzgado incapacite a sus mayores, personas de avanzada edad encamados o con demencia, algunos ingresados en geriátricos. La huelga y la falta de forenses asignados para evaluar el estado de lucidez de los ancianos han agrandado la lista de espera. Si, a día de hoy, una familia de Vigo va al juzgado a presentar una demanda para pedir la declaración de incapacidad de un allegado de edad avanzada, tendrá que esperar hasta febrero para que haya una resolución.

Para evaluar si procede la incapacitación, el juez y el forense tienen que visitar el domicilio de la persona mayor o el geriátrico donde está internado para hacerle un cuestionario y charlar con él. A través de unas preguntas, la comisión judicial resolverá en un informe si dicha persona está incapacitada para valerse por sí misma y necesita ser tutelada, normalmente por sus allegados. Solo en Vigo, hay 30 pleitos de incapacidades cada mes, que examinará en exclusiva hasta octubre el tercer juzgado de familia de la ciudad, creado en enero, para liberar a los otros dos, más antiguos, de carga de trabajo.

Se trata de personas con una salud muy deteriorada y una demencia senil avanzada, generalmente, encamados y con alzhéimer, y que no pueden valerse por sí mismas. Recientemente, un forense hizo una criba de los 120 casos en lista de espera para clasificarlos por la sencillez de la evaluación. Por ejemplo, si el anciano tiene alzhéimer muy avanzado, no hay grandes discusiones. Pero otras incapacitaciones son más difíciles, a nivel jurídico, porque el anciano aún tiene capacidad de raciocinio y se niega a que le inhabiliten para votar, por ejemplo, o no quieren dejar de administrar su patrimonio, y tampoco quieren tomar su medicación.

El juez Daniel Tomás señala que, en las incapacidades, «hay mucha demanda ahora mismo, con gente mayor que es muy evidente, algunos se recuperan y otros están en una situación límite». Añade que las residencias de la tercera edad, actualmente, en Vigo «están llenas a rebosar», a diferencia de las comarcas y el rural, donde los ancianos son cuidados en su casa.

Y si la visita se hace domicilio, el desplazamiento también consume mucho tiempo. Dado que el anciano discapacitado no puede moverse ni tiene fuerzas para acudir al juzgado para ser examinado, la comisión judicial debe ir a ver al encamado y solo puede hacer un puñado de casos en una mañana, cuando lo normal es que haga seis u ocho.

Atasco «puntual»

Ante la sobrecarga, el Juzgado de Primera Instancia número 15 de Vigo, el tercero de la ciudad especializado en Familia, ha preparado un «plan de choque» que permitirá que, a lo largo de octubre, un forense trabaje un día a la semana en exclusiva para este tribunal. Calcula que cada lunes el médico y el juez podrán examinar a ocho o más candidatos a ser incapacitados. A eso hay que añadir las visitas de guardia realizadas dos días a la semana por el juez y otros forenses. En total, Daniel Tomás prevé que la lista de espera de las evaluaciones de ancianos se reduzca en 50 casos el atasco más otros.

Considera que es un atraso «puntual» porque, una vez que se elimine el atasco y el turno de reparto vuelva la normalidad y los tres juzgados se distribuyan a partes iguales las incapacidades.