Vacaciones, patrullas fijas y el control de playas dejan sin días de asuntos propios a la Policía Local

Javier Romero Doniz
JAVIER ROMERO VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

XOAN CARLOS GIL

La presencia constante de agentes en Torrecedeira no frena la conflictividad entre los sintecho

16 jul 2018 . Actualizado a las 19:00 h.

El mantra se repite cada vez que asoma el verano: la plantilla de la Policía Local tendrá que hacer sobreesfuerzos por la falta de personal y la mayor carga de trabajo propia de julio y agosto con la vigilancia de las playas. Pero este año la situación se complicado un poco más por la necesidad de mantener dos patrullas fijas en Torrecedeira y su entorno, dada la problemática por los conflictos que mantienen los sintecho entre ellos o con residentes en la zona. Una tercera patrulla está fija en la Praza do Rei, lo que condiciona todavía más a la mermada plantilla de agentes municipales, formada por unos 330 funcionarios en la actualidad.

La presencia constante a pie de playa es la puntilla definitiva a un grupo de trabajadores que no solo están doblando turnos recurriendo a sus días libres, también están viendo como se rechazan sus peticiones para usar los días destinados a asuntos propios, que los responsables del departamento municipal se ven en la obligación de denegar para garantizar un mínimo servicio de calidad. El escenario actual genera que muchos compañeros tengan que ayudarse mutuamente para cubrirse y poder atender sus asuntos propios a la espera de recuperar los días libres perdidos en el futuro. «El problema es que se genera un turno paralelo entre los compañeros que no debería prolongarse mucho para no colapsar el cuadrante de servicios oficial», expone un agente, que añade que algunos funcionarios ya protestaron por el conducto oficial con la entrega de escritos en el registro de entrada del Concello.

La forma, no el fondo

Varias semanas después de establecer, solo la Policía Local, dos patrullas de forma permanente en Torrecedeira y las calles adyacentes, la situación no ha mejorado, según explican en la Asociación Veciñal e Cultural Casco Vello: «Nótase melloría nalgunhas cousas, máis no fondo da cuestión non vemos avances. Se iso non se traballa, o día que a policía desapareza volverán os problemas. É certo que mellorou a limpeza, pero en Torrecedeira, non nas rúas próximas. Nótase tamén que hai menos presenza de persoas sen teito nas rúas, máis por diferentes cuestións como o traslado dalgúns deles a Samil ou Panxón para ser gorrillas».

El exceso de silvas en el perímetro de la guardería del barrio trae de cabeza a los vecinos en general y a los padres de los niños matriculados en el centro en particular. Exigen que se preste mayor atención y, sobre todo, que se tenga constancia del «centro de lecer» en el que se ha convertido el albergue, en cuyo perímetro pueden verse diariamente decenas latas de cerveza vacías y tiradas, igual que en unos sacos de obra, en Marqués de Valterra, que más que escombros almacenan gran cantidad de los citados recipientes metálicos.