James Rhodes se enamora de Vigo

manu otero VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Manuel Pousada

El pianista ofrece este sábado un concierto en el auditorio Mar de Vigo

07 jul 2018 . Actualizado a las 00:03 h.

«Este é o meu primeiro tuit en galego. Espero que non sexa un desastre. Encántame estar aquí e quería dicilo. Especialmente a comida».

Con este breve mensaje declaraba su amor a Galicia, y en particular a Vigo, el pianista y escritor británico James Rhodes que actúa este sábado en al auditorio Mar de Vigo. El artista, que está revolucionando los conciertos de piano con recitales que acercan la música clásica al gran público, tocará a las 21.30 horas en el citado escenario de la ciudad olívica. Pero es tarde para animarse a comprar una entrada, están agotadas desde hace días.

El intérprete londinense está inmerso de lleno en una gira que lo llevará por distintas ciudades de España, país del que se ha quedado prendado. Tanto que se mudó, desde la capital inglesa, a Madrid, donde estableció hace meses su residencia. Su apretada agenda le concedió ayer un respiro, que aprovechó para mezclarse entre la sociedad viguesa, que estos días exalta su tradición pesquera con la celebración de Seafest, un festival gastronómico centrado en el pescado. «Merluza + Vigo = cielo. Dios mío pero esto es riquísimo», publicó el pianista mientras degustaba la cena en su habitación del hotel recién aterrizado.

Ese flechazo gastronómico tuvo continuidad durante la jornada de ayer. Rhodes dedicó el día a pasear por la ciudad y a compartir la experiencia con sus seguidores en las redes sociales. No faltó la foto de rigor con el Dinoseto. «Hola Dinosaur», tuiteó.

Luego caminó hacia el náutico, donde compartió otra imagen con vistas a la ría de Vigo. También hizo una parada en el café Vitruvia, que ofrece habitualmente conciertos de piano en directo. «En una adorable cafetería para un café antes del paseo, empieza a sonar uno de mis discos porque el propietario me reconoció. Por suerte es uno de los pocos temas de los que estoy un poco orgulloso. Y llevo puesta mi camiseta de Bach es Dios», compartió en inglés. Se emocionó tanto que incluso se animó a ponerse frente al piano e improvisar algo para los afortunados clientes que estaban en ese momento en el establecimiento. En cuanto a la prenda a la que hace referencia, no resultará extraña a sus fans: se la pone en todos sus conciertos como muestra de respeto a su compositor de referencia.

«Hice un montón de cosas nuevas hoy. Pedí comida desconocida de un menú porque las palabras sonaban bien (zamburiñas), toqué el piano en un café casi vacío, escuché un excitante cuarteto de jazz durante una hora e intenté hablar un idioma nuevo», resumió Rhodes sus primeras horas en la ciudad en la que actúa por primera vez. Aunque ahora desprende alegría por donde pasa, la infancia de este músico fue muy difícil, ya que sufrió abusos por parte de un profesor de Educación Física. Su salto a la fama le llegó a través de la literatura, tras escribir un libro autobiográfico en que narra cómo la música le ayudó a superar sus problemas.