Un minicasino para cruceristas en A Laxe

l. carlos llera VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Luis Carlos Llera

Después de barajar 20 opciones Luckia se decide por montar un espacio de juego en el centro comercial

18 sep 2018 . Actualizado a las 17:38 h.

La arruga es bella, sobre todo si acude a la ruleta. La tienda de Adolfo Domínguez en el centro comercial A Laxe da paso al nuevo casino de Vigo, un espacio de 2.500 metros cuadrados de los que solo 500 son para salón de juegos. El resto estará ocupado por la cafetería, las oficinas e instalaciones del circuito cerrado de televisión para vigilar a los jugadores y a los clientes de todo tipo que arriban a un negocio así. Todo ello en A Laxe para seducir a los cruceristas, más bien a las tripulaciones de los barcos, porque los pasajeros pueden jugar en los buques mientras viajan de puerto en puerto pero los tripulantes de servicio no pueden hacerlo y son miles, «la mayoría asiáticos a los que les gusta mucho el juego», puntualiza José González, presidente del casino de A Toxa y de Luckia, empresa promotora del nuevo centro de ocio,. Solo hay que ver la fascinación de chinos e indonesios con las tragaperras, a las que dedican horas de estudio y de cálculo de probabilidades.

Los promotores del casino de Vigo, que estará ubicado en el centro comercial A Laxe, prevén abrirlo al público antes de la Semana Santa de 2019 y crear 100 empleos directos y otros 75 indirectos, tras una inversión aproximada de 5,5 millones de euros.

Así lo detalló el presidente del grupo Luckia y del casino de A Toxa, José González, tras presentar al vicepresidente de la Xunta, Alfonso Rueda, el proyecto para solicitar la pertinente licencia a las corporaciones local y autonómica.

El proyecto prevé una zona de juego de unos 500 metros cuadrados, en los que habrá instalados unas ochenta máquinas tragaperras y doce mesas de ruletas, black jack y póker, entre otras modalidades, y que el resto de la superficie, hasta más de 2.000 metros, albergará un bar restaurante, una sala multiusos para eventos y una zona de grabación.

González indico que los premios estarán limitados en tanto en cuanto la tendencia actual del cliente de los casinos es ir a entretenerse y a socializar, antes que ir a ganar dinero como se hace en Las Vegas, donde ha habido jugadores profesionales del juego como la familia española Pelayo que ha tenido vetada la entrada en los casinos por su gran habilidad para hacer saltar la banca. Pero aquí se pretende atraer a un cliente más modesto, de Galicia y del norte de Portugal, que gasta como mucho 300 euros al año de media en jugar, y más de la mitad de ese dinero es en lotería y en la ONCE.

González agradeció a la Xunta que haya reformado la Ley de juegos para permitir la presencia de más de un casino por provincia y ha expresado su confianza en que la cercanía a la terminal de cruceros del puerto de Vigo pueda surtir de clientes el área de juegos. Antes de decantarse por A Laxe los promotores barajaron 20 ubicaciones distintas, pero encontraron muchas dificultades para elegirlas, como las que presentaba Samil.

Rueda afirmó que «el juego ordenado, reglamentado y controlado es una fuente de riqueza» y genera «una cantidad apreciable» de puestos de trabajo, y en el caso del casino de Vigo fomentará la «dinamización» de la zona y de la ciudad en general.