Cidade de Vigo

Jorge Lamas Dono
Jorge Lamas EL ÁTICO

VIGO CIUDAD

05 jun 2018 . Actualizado a las 17:14 h.

La nueva distinción Cidade de Vigo, aprobada por el gobierno local hace unas semanas, trae a la memoria (salvado las distancias) aquella medalla de platino que el Ayuntamiento entregó a Francisco Franco en 1945. Entonces, la mayor distinción que ofrecía Vigo a sus vecinos más egregios era la Medalla de Oro de la Ciudad y, claro, tan ilustre personaje no podía igualarse con otros mortales. No obstante, la Medalla de Oro solo se otorgaba a los grandes impulsores del municipio, generalmente, empresarios de mucha importancia, como Cesáreo González. Eran tiempos aún en los que los meritorios ciudadanos de a pie apenas contaban, como si Vigo se hiciera solo por la acción de unas pocas personas.

Tuvo que llegar la democracia para que, junto a esa medalla máxima, se ampliaran los reconocimientos al pueblo. Eran, en principio, unos galardones otorgados a una larga labor en pro del bien común, independientemente de la posición económica y social de los candidatos. Claro que aquella buena idea se vició por el mercadeo establecido entre los distintos partidos pertenecientes a la corporación de turno. Si la gran mayoría de estos Vigueses Distinguidos presentaban todos los méritos para recibir semejante reconocimiento, otros se colaron impulsados por los intereses partidistas.

No obstante, esos dos grados de distinciones parecía que llegaban para atender a los distintos niveles de trabajo por Vigo. Así que ahora revivimos aquellos tiempos de la medalla de platino, dicen que de una manera excepcional y puntual. Ya estamos ansiosos por ver quién será el primero en recibirla.