Lucía Freitas elaborará en un «showcooking» del certamen, varias tapas inspiradas en películas
21 may 2018 . Actualizado a las 11:55 h.El Festival de Cans crece también en sus propuestas paralelas. El certamen, que celebra sus primeros tres lustros a partir del miércoles, 23 de mayo, conserva ese espíritu enxebre que lo hace especial, pero eso no lo limita a la hora de abrirse a propuestas más exquisitas. Los primeros años la organización no contaba con que a los cinéfilos también les gustaba comer. Por eso, el bocata de chorizo, de queso, o ya superando retos, de chorizo con queso a la vez, era, básicamente, lo que había por allí.
El festival del agroglamur hace años que transita con éxito sobre ruedas de tractor y en este año en el que entra en la edad del pavo, los 15, ofrece un showcooking con la chef Lucía Freitas, del restaurante A Tafona, de Santiago. Ella es una de escasas representantes femeninas (son 3 de 24)) en el selecto Grupo Nove de cocineros gallegos, porque como en todas las áreas, la de los fogones también están copadas por hombres.
Lucía Freitas (Santiago de Compostela, 1982), se formó con los mejores profesionales del País Vasco y después de Cataluña. Pasó por catedrales de los fogones como el Celler Can Roca, El Bohío o Mugaritz, pero es feliz desde que abrió restaurante propio, A Tafona Casa de Xantar.
La chef no para. Acababa de aterrizar de su viaje a Japón cuando participó en el showcooking de Mahou en el Mercado de Sabores de Vigo.
En su demostración para Cans le propusieron elaborar varias tapas inspiradas en el mundo del cine con total libertad. Su cocina es muy sentimental y todo tiene un por qué, así que no tuvo que pensarlo mucho. Tiene dos propuestas en su carta que beben de la fuente del séptimo arte. «Voy a hacer dos. Una dulce y otra salada», anuncia. La salada toma como referencia el filme de Juanma Bajo Ulloa, Airbag. Y eso es lo que va a hacer: «Un airbag con una masa de harina de trigo que rellenaré luego con un pil pil de tomate y terminaré con una fina lámina de panceta de Guijuelo y un poquito de aceite de oliva en esfera». La tapa pretende recrear ese ambiente fariñoso que flota en el filme. «El resultado de hacer un pan suflado, crujiente tras un horneado a alta temperatura y relleno, es que cuando se muerde, explota en la boca. Esa es la idea», resume.
Para rematar bocados, el dulce recreará uno de los postres que los comensales pueden probar habitualmente en su local. En este caso la inspiración es triple. Se llama La vie en rose y hace referencia tanto a Édith Piaf, la cantante que hizo célebre ese tema y la película del mismo nombre que cuenta su vida, por la que Marion Cotillard se llevó en el 2007 el Oscar a la mejor actriz. Lucía Freitas, que adora cocinar con música y es muy fan de la Piaf, admite que el plato es también un homenaje íntimo. Lo creó hace dos años, coincidiendo con el primer aniversario de su hijo: «Un año en el que pasas por lo difícil que es ser madre, y más llevando un restaurante. Tuve momentos duros y otros preciosos y el plato refleja esa dualidad, es una parada para respirar porque la vida se pinta del color que quieras, por muy amarga que sea», opina.
La chef reconoce que el postre es uno de sus favoritos y también del público. «Es un clásico y lo va a seguir siendo», dice sobre el mordisco floral de mil matices, como la vida llevada al plato, que lleva frutos rojos, pétalos, vinagre y pimienta integrados en un cremoso rosa y un pañuelo de caramelo que lo envuelve todo. «Es el cristal del que veo mi vida y el vinagre, las noches que me da mi hijo», bromea. Aunque ahora no puede ir mucho al cine, entre sus películas favoritas está La vida es bella y entre sus actores, Meryl Streep y Ricardo Darín.
Al programa alimenticio del Festival de Cans se añadió más tarde la participación de Beni Couso, del restaurante Patouro, de Bouzas. Ambos darán lo mejor de sí el jueves, 24, a las 20.30 horas, justo antes de la inauguración de la Can Parade en la praza do Concello de O Porriño.