Retiran la risga a una familia por encontrar trabajo de 120 euros al mes

María Jesús Fuente Decimavilla
maría jesús fuente VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

M.MORALEJO

El hogar está integrado por siete miembros, de los que no trabaja ninguno en la actualidad

16 may 2018 . Actualizado a las 13:10 h.

El drama de la familia de María T. S. es una muestra más de incoherencia social. En su casa viven ella, sus tres hijos, un yerno y dos nietos. Siete en total. Hasta hace tres meses cobraban una renta de integración social (risga) de 650,8 euros. «Los céntimos son muy importantes para nosotros», apunta esta vecina de Vigo. Por si sobrevivir con 97 euros al mes por persona fuera poco sacrificio, la desgracia se cebó de nuevo en este hogar al encontrar dos de sus miembros empleo. «Mi hijo y mi hija empezaron a trabajar en la ribera preparando pescado tres horas al día de martes a viernes. Ganaban cada uno 120 euros y pagaban 50 de autónomos, por lo que les quedaban 70. Entre los dos aportaban al hogar 140», relata la mujer. Antes de que aceptaran el empleo consultó con una trabajadora social, quien, tal como asegura, le respondió: «Algo es algo».

La sorpresa llegó al recibir una notificación de la Xunta en la que le comunicaba que le rescindía la risga al contar el hogar con ingresos. La familia pasó de 650,8 a 140 euros al mes por la desgracia de encontrar un empleo.

«Mi hijo se dio de baja y dejó de trabajar, pero mi hija siguió algo más porque necesitaba justificar algún ingreso para que le dieran los papales al marido. Después lo dejó también», explica.

Ahora, de nuevo sin ingresos en el hogar, ha vuelto a solicitar la renta y le han dicho que se la concederán el próximo mes, pero no se fía. «Desde que me la quitaron hace tres meses no he podido pagar el alquiler del piso de 450 euros y tengo miedo de que me echen. No abro ni las cartas, no quiero saberlo. Tampoco puedo pagar la luz y el agua», se lamenta entre sollozos.

En total, son cuatro personas buscando trabajo para alimentarse ellas, el hijo pequeño que estudia cuarto curso de la ESO y los dos nietos de María de cinco y dos años. «No me importa en lo que tenga que trabajar: en el hogar, cuidando niños, personas mayores... Me da igual el horario y lo que sea o donde sea, aunque tenga que ir fuera de Vigo», insiste una y otra vez. Lo único que no quiere es dar la cara para impedir que se burlen de su hijo en el colegio. Por lo menos ahora tiene a su hija que puede a cuidar de los niños, algo que no sucedía antes. «Cuando no estaba ella me ofrecieron un trabajo de interna en una casa por 450 euros al mes y no pude cogerlo porque tenía que cuidar de los nietos», justifica. Mientras no sale del bache recurre a organizaciones como Cáritas, a la iglesia de su parroquia y a su hermana, que vive en Madrid y que de vez en cuando les envía algo que echarse a la boca. No tiene más que palabras de agradecimiento para Antón Bouzas, del colectivo Os Ninguéns, quien le echa una mano con los trámites para tratar de mejorar su situación cuanto antes.

Os Ninguéns y otros colectivos sociales de la ciudad han criticado en más de una ocasión que se retire la risga a las personas que residen en una misma vivienda en la que alguien percibe un sueldo. Esta circunstancia ha llevado a algunos perceptores a tener que dejar de compartir piso con otras personas que están trabajando.

En el caso de María, ahora se ve en la tesitura de tener que dejar de vivir con sus hijos en el caso de que ellos vuelvan a encontrar trabajo. No obstante, lo que más desea es conseguir un empleo que le permita llevar una vida digna y mantener a su familia, sobre todo, a sus nietos. «Son los que más pena me dan. Pido trabajo para mí y para mis hijos, para poder salir de este bache, me horroriza que nos puedan echar a la calle», concluye.