El callejero de Vigo condena a la mujer al olvido

manu otero VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

M.MORALEJO

Por cada rúa de la ciudad dedicada a una fémina hay seis con nombre de hombre

14 may 2018 . Actualizado a las 13:52 h.

El machismo está por todas partes, también en el callejero. Ese conjunto de placas con el que los ciudadanos premian a los vecinos más ilustres o a los seres humanos más destacados. En los más de 109 kilómetros cuadrados que ocupa Vigo existen 1.699 calles registradas. La mayor parte de ellas están bautizadas con el topónimo del lugar, pero otras muchas tienen nombres de personas, principalmente de hombres. Por cada vía con nombre de mujer en la ciudad olívica hay seis con denominación masculina. 313 rúas, avenidas, paseos, plazas, travesías o parques dedicados a varones, por 48 para mujeres.

El problema no afecta solamente a Vigo. Un informe realizado por Tele Atlas en el 2007 concluía que solo el 5 % de las calles españolas están dedicadas a mujeres. El mismo documento hacía una mención especial a la principal ciudad de Galicia situándola a la cola del país con un 2,7 % de calles con nombre de mujer. Una década después, la situación apenas ha variado. Y eso que el gobierno local honró en el 2008 a seis mujeres víctimas de la Guerra Civil concediéndoles una calle a cada una para, al mismo tiempo, compensar la escasez femenina en el callejero de la ciudad, según recoge Daniel Antomil Pérez en su libro De los nombres de las calles de Vigo, que incluye un listado con todos los nombre de las calles de la ciudad y sus razones.

Aunque la presencia de nombres propios de mujeres en el callejero vigués es muy reducido, es habitual encontrar referencias genéricas a mujeres en diferentes parroquias de la ciudad. Muchas de ellas, como Finca de Dona Concha, Camiño da Ramona o Condesa Casa Bárcena, hacen alusión a la propietaria de los terrenos sobre los que se construyó la calle, aunque al tratarse de nombres genéricos, ya no son identificables sin el contexto histórico. Otras muchas, a pesar de tener nombre de mujer, están dedicadas a santuarios (rúa de Fátima) o a flores (rúa da Dalia). Y algunas tienen un origen erróneo, como Rúa Aurora. Hay quien la asocia a una heroína de la Reconquista, pero en realidad hace referencia a luz solar y recibió este nombre por su cercanía con la Porta do Sol.

La corrección de este desequilibrio centró múltiples reuniones de colectivos feministas y del propio Consello Municipal da Muller en los últimos años. Sin embargo, nada ha cambiado.

La primera alcaldesa, no; el último del franquismo, sí

Buena parte de los alcaldes de Vigo recibieron a título póstumo una calle con su nombre en señal de reconocimiento a su labor en favor de los vecinos y el porvenir de la ciudad. Regidores de la Restauración como Antonio López de Neira; de la dictadura de Primo de Rivera, como Adolfo Gregorio Espino; de la Segunda República, como el represaliado Emilio Martínez Garrido o Enrique Blein Budiño; del franquismo, como Luis Suárez Llanos o Rafael Portanet; disponen de placas con su nombre en distintos lugares de la ciudad.

Sin embargo, resulta especialmente llamativo que la primera alcaldesa de la historia de la ciudad, Emma González Bermello, encargada de gobernar la ciudad durante en los inicios de la Transición no haya sido honrada como sus predecesores. Mientras que su inmediato antecesor, el último alcalde de la ciudad de la época franquista, Joaquín García Picher, sí que dispone de una calle con su nombre desde el 1996. Está entre la calle Coruña, Jacinto Benavente y Chano Piñeiro. Durante los cuatro años de su mandato, entre 1974 a 1978, impulsó la Universidad, varios de los planes de urbanización en Coia o el Calvario y también ordenó la construcción de la presa de Eiras. Aun así no fue muy querido por la ciudadanía y tuvo que dimitir antes de tiempo.

Su puesto lo ocupó Emma González, que pese a ser la primera alcaldesa de la historia tampoco gozó de la aceptación del pueblo y no pudo mantener el bastón de mando más que ocho meses. Fue relevada por Manoel Soto en las primeras elecciones municipales de la democracia.

En los casos del alcalde Rafael Portanet y de Julián Estévez, regidor de Lavadores, además de bautizar una calle con su nombre, también se les aplicó el mismo apelativo a sendas travesías que conectan con sus calles.

Algunas que sí que salen

Las corporaciones municipales solo han tenido a bien dedicar calles a 48 mujeres (2,9 %), de las que once de ellas son santas, que también están en minoría porque hay treinta con nombre de santos.

A Vanessa Lage, la agente de Policía Nacional fallecida en acto de servicio durante un atraco en el 2014, le dedicaron una calle en la parroquia de Lavadores. En el mismo barrio, Antía Cal, fundadora de la escuela Rosalía de Castro, es otra ilustre viguesa distinguida con este honor. En el 1999 bautizaron una calle en Oia con el nombre de la viguesa Olimpia Valencia, la primera médica gallega.

Especial relación con Vigo tuvo Concepción Arenal, pionera del feminismo en España y firme defensora de un sistema educativo de calidad, falleció en Vigo en el 1893 y al año siguiente la honraron con una calle.

Víctimas de la guerra como Carmen Miguel Agra, Ángela Iglesias, Rosario Hernández, Margatira Bilbatúa, Urania Mella y Mercedes Núñez ampliaron en el 2008 la nómina. Entre las distinguidas están también: Ángeles Alvariño, Clara Campoamor, Emilia Pardo Bazán, Inés Pérez de Ceta, Jesusa Alfau, Josefa Estarque, María Berdiales, Carmen Kruckenberg, María Soa, Xohana Torres, Purificación Saavedra, Obdulia Simón o Rosalía de Castro.