Una veintena de las propuestas del Consello da Muller siguen sin incluirse después de casi una década
13 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.La muerte de la pintora Berta Álvarez Cáccamo el viernes tal vez merezca un debate sobre su inclusión en el callejero vigués. Hasta ahora, la ciudad de Vigo ha reconocido el trabajo de 48 mujeres, entre ellas once santas, poniéndole su nombre a una calle, pero existen muchas más cuyos méritos todavía no se han visto recompensados. A la vista del desequilibrio masculino en el callejero vigués, el Consello Municipal da Muller elaboró un informe en el 2010 en el que proponía 27 nombres para incluir en la historia de la ciudad. Ocho años después, solo siete de sus sugerencias fueron incorporadas al callejero: Olimpia Valencia, la primera médica gallega; Julia Minguillón, pintora lucense asentada en Vigo; Urania Mella, presidenta de la Unión de Mujeres Antifascistas y represaliada por los franquistas; Mercedes Ruibal, artista que fue pupila del pintor Laxeiro en Buenos Aires; Rosario Hernández, víctima del golpe del 1936; la pintora María de la Fuente; y Jesusa Alfau, investigadora y educadora.
Sin embargo, de aquel dosier todavía no han sido atendidas una veintena de peticiones, entre las que se encuentran personalidades tan populares como Irene Ceballos, la esposa del mecenas de la ciudad Policarpo Sanz que da nombre al primer instituto de la ciudad, el Santa Irene, aunque sin identificar claramente.
Carmen Giráldez fue nombrada Viguesa Distinguida por su labor humanitaria al ayudar a sus vecinos del Calvario a encontrar empleo y vivienda. Llegó a ser senadora y tiene un colegio con su nombre en la calle Aragón.
Ernestina Otero fue una pedagoga redondelana que presidió el Consejo Provincial de Primera Enseñanza y logró aumentar el número de escuelas en Vigo.
Placeres Castellanos nació en Ponteareas, huyó de España por la guerra para llegar a Francia. Allí luchó en la resistencia francesa contra los nazis. Murió en Vigo en el 1971.
María Araújo creció y se formó en Cuba, regresó a Galicia donde compaginó su trabajo en una conservera con su activismo en el movimiento sindical. El golpe del 36 la sorprende en Vigo, la encarcelan y la condenan a muerte. Logró escapar a La Habana, donde falleció. Carmen Álvarez fue otra activista del sindicalismo y de la lucha contra los caciques en los inicios del siglo XX.
María de la Concepción Alfaya fue una maestra, política y feminista viguesa que defendió en las elecciones del 1931 los derechos de la mujer.
En el ámbito del deporte, el Consello da Muller pide el reconocimiento de Luz Vizcaíno Coloma, Antonina y Carmela Sanjurjo, pioneras del hockey hierba en la ciudad e integrantes del Atlántida Hockey Club de Vigo.
El campo del arte, el Consello reclama una placa para la pianista María Luisa Sanjurjo, que compuso diversas obras e impartía clases de música en la rúa Pracer. También para las pintoras Elina Molíns, que llegó a ser consejera de Tranvías Eléctricos de Vigo; y Aurora Argibay, artista de estilo naïf que descubrió su afición al contemplar las obras de su hija, Mercedes Ruibal. La soprano María Valverde que se labró una exitosa carrera internacional tampoco tiene una calle en su ciudad.
La primera mujer bachiller de la provincia, Elvira Domínguez, y la maestra y poetisa de Cangas, Sarah Escarpizo son otras de las sugerencias de las mujeres.
Las primeras concejalas en el Concello fueron la poeta Margarita Losada y la escritora Agustina Álvarez que formaron parte de la corporación del año 1927.
Por su dedicación en la lucha contra la drogadicción al frente del movimiento de madres que se enfrentó a los narcotraficantes, Carmen Avendaño es también merecedora de este honor. La presidenta de Érguete sí da nombre al centro de inserción social de la avenida de Madrid.
Chus Lago, la alpinista viguesa que hizo historia al escalar el Everest sin oxígeno y actual concejala también ha hecho méritos para estar en el callejero. La escritora Fina Casalderrey también podría bautizar una calle de la ciudad, aunque de momento no está incluida.