«¿Cuántos novios tienes? Porque, claro, tú eres una chica muy liberal»

e. v. pita VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

El jefe de la Policía Autonómica en Vigo declarará hoy como investigado por acoso

08 may 2018 . Actualizado a las 14:04 h.

El jefe de la Policía Autonómica de Vigo, Antonio José Torres, ha acudido este mediodía al Juzgado de Instrucción número 8 de Vigo para declarar como investigado por un supuesto delito de acoso sexual y acoso laboral a una subalterna.

El titular del Juzgado de Instrucción número 8 de Vigo le interroga en relación a las acusaciones vertidas por una policía que se querelló contra él por un delito contra la integridad moral y otro de acoso sexual. La Xunta aclaró que los hechos denunciados se refieren a un período entre el 2012 y el 2016, una época en la que el acusado todavía no ocupaba el máximo cargo en la comisaría de Rivera Atienza.

Un informe forense diagnosticó que la denunciante sufre un trastorno adaptativo depresivo-ansioso reactivo a un problema laboral grave de acoso laboral y sexual. En el momento de ser explorada estaba bien porque había cambiado de destino y, por tanto, desaparecido el factor que la causaba el estrés y sin necesidad de seguir un tratamiento.

En su querella, la denunciante relata que desde su entrada en octubre del 2012 en la comisaría autonómica de Vigo, su superior jerárquico empezó a realizar «continuos comentarios humillantes, degradantes y sexistas» hacia ella, incluso en las reuniones de trabajo. Al parecer, según la agente, el mando le alababa su moreno de solarium, le preguntaba si iba a la playa nudista de Barra, le hacía comentarios sobre el talle del uniforme y, supuestamente, le dijo: «¿Cuántos novios tienes? Porque, claro, tú eres una chica muy liberal». Otra vez, siempre según la denunciante, el inspector habría presumido de que alguien con su salario podría ayudar a pagarle parte de un chalé en Canido si ella quisiese.

Dichos comentarios, añade la afectada, le hacían sentirse «muy molesta e incómoda». A pesar de que muchos compañeros conocían lo que pasaba, no quiso quejarse a sus superiores por «vergüenza». Confiaba en que el jefe desistiría al ver que ella no tenía el menor interés en él.

En los dos siguientes años, siempre según la querella, el mando le habría cogido manía a un compañero que se llevaba bien con la afectada, tema que, según el jefe, lo «descentraba» en su trabajo. Por ello, lo cambió de unidad.

Excelente trabajo

Otra vez, la agente autonómica fue reprendida por sufrir un accidente con el coche patrulla y apartada de sus labores habituales. No obstante, en la cúpula de la comisaría la felicitaron por su excelente trabajo.

Según la subalterna, a medida que los mandos valoraban sus tareas, el oficial que la asediaba cambió de estrategia porque empezó a recibir toques de atención de la superioridad por lo que ocurría. Así que le comenzó a hacer «la vida imposible», denegándole permisos de forma arbitraria, compensándola menos que a los demás funcionarios por los mismos servicios extraordinarios y haciendo comentarios a otros funcionarios que hacían quedar a la mujer como «si una prostituta se tratase».

La tensión siguió en más ocasiones. Fue reprendida por un retraso, por conducir con las luces largas tras ser acusada «sin pruebas» o le achacaron los daños en una taquilla a un compañero que se había chivado de que ella conducía «dando tumbos». A todo ello se suma que la denunciante notó que el mismo jefe controlaba sus entradas y salidas del trabajo con extremado celo.