Los franceses cayeron 39 días después

Carlos Punzón
c. punzón VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Oscar Vázquez

La recreación de la Reconquista perdió público al dividirse en dos, pero ni un ápice de entrega

07 may 2018 . Actualizado a las 12:35 h.

Ni el 28 de marzo, ni el 8 de abril. Por primera vez en la historia las tropas francesas fueron expulsadas de Vigo en un mes de mayo, 39 días después de la fecha histórica en la que las milicias populares, los marineros y los habitantes de la villa acabasen en 1809 con la ocupación gabacha.

La celebración de la Semana Santa y la intensa lluvia que cayó el mes pasado cuando todo estaba preparado para rememorar las escenas de la Reconquista, obligaron a dividir en dos la recreación del hito histórico, aplazándose hasta ayer la representación de los hechos que desataron la ira de la población, los posteriores enfrentamientos entre el vecindario y el ejército napoleónico, y la retirada por mar de los franceses.

Y esa entrega por capítulos se dejó notar ayer. «Claro que sí, se nota y mucho», reconocía minutos antes de comenzar la simbólica batalla Fiz Axeitos, secretario de la Asociación de Vecinos del Casco Vello, entregado como el resto de la organización vecinal en hacer que todo el público disfrutase con el acontecimiento. Cierto es que el nivel de asistencia no fue el mismo de otros años, cuando las jornadas del viernes, sábado y domingo por la mañana caldean el ambiente y atraen a multitud de vigueses y visitantes para alimentarse con la gastronomía de los puestos callejeros, y recorrer los establecimientos del barrio histórico de la ciudad. Pero lo que no bajó ni un ápice fue la entrega de los actores por un día y los figurantes que desde el mediodía fueron acompañados en sus idas y venidas por el barrio por media docena de agrupaciones de música y baile.

Interés nacional

El Orfeón Mariñeiro do Berbés volvió a dar una edición más la salida a la representación del acontecimiento que marcó el futuro de Vigo. La entrada de las tropas en la Porta do Sol y la su puesta matanza de tres vigueses en una taberna a manos de soldados galos que encendió la mecha de la revolución; el derribo de la Puerta de A Gamboa como la constatación del pulso entre ciudadanía y ejército ocupante, y la partida precipitada de las tropas por mar, siguieron un año más el guion enriquecido de la historia hecha celebración que va camino de convertirse en fiesta de interés turístico nacional.

«Seguimos dando pasos para conseguirlo y cada día estamos más cerca», aseguró Axeitos, pendiente de que la fiesta de la Reconquista de la Villa de Vigo sea recogida por veinte medios de comunicación estatales y extranjeros como se exige para conseguir, entre otros requisitos, la declaración de evento nacional de primer nivel, tras ser reconocida como tal ya en Galicia desde el año 2012. El apoyo de la corporación ya ha sido certificado, la existencia de una red hotelera suficiente en un radio de 50 kilómetros está más que garantizada, y solo falta que la huella de la celebración alcance una consideración mediática generalizada fuera de Galicia.

Público de crucero

Pese a la entrega en dos jornadas de esta ocasión, ayer quedó demostrado que Vigo se identifica con una cita que marca su carácter y que refleja las raíces reivindicativas de la primera localidad que logró poner coto y expulsar a las tropas napoleónicas.

La expectación con la que los turistas del crucero Ventura, atracado en la Estación Maítima, se acercaron ayer a una celebración no anunciada para ellos, evidenció también la capacidad de atracción de la Reconquista, cuya estela ha prendido además en Bouzas con A Brincadeira, y en Mos, con Arde o Pazo.

Desde febrero viene ensayando el centenar largo de actores que ayer se movieron como en una coreografía callejera. Los miembros del Teatro de Ningures les prestaron su apoyo en la tarea de ponerse en el papel de los vigueses de hace dos siglos. Los nervios brotaron en algunos de los protagonistas, pero las primeras refriegas allanaron la escena. Debutaron una nueva y reivindicativa Aurora, encarnada por Rosa Laranxeiro; el exlíder vecinal Cándido Pérez, como Cachamuiña con su lanzamiento contra la puerta de A Gamboa, y también en el mismo frente José Luis Veiga, como Carolo. Los dos protagonizaron un novedoso duelo contra el comandante francés Chalot, que el año que viene volverá a intentarlo.

Abel Caballero llama a la revolución y a luchar contra las imposiciones

Asomado al balcón del antiguo consistorio para recrear el instante histórico que protagonizó hace 209 años el alcalde Vázquez Varela, Abel Caballero se dirigió ayer a los vigueses para reclamarles el mismo espíritu que guio en la Reconquista a los vecinos de la villa para expulsar a las tropas francesas de la ciudad. El regidor vigués no dudó incluso en llamar a la revolución, una nueva revolución de viguismo en este caso, «para liberar á cidade de quen quere impoñernos costas e cargas», dijo Caballero sin concretar más para hacer así extensiva la advertencia a todo aquel que no favorezca el desarrollo de Vigo.

Ataviado con ropas de época nada primaverales pese al calor, que aseguró soportar sin problema, el alcalde vigués ensalzó la lucha de las milicias populares, de los monjes de Valladares, o de los refuerzos llegados de Portugal para reconocer el poder del pueblo frente a las imposiciones. «Os vigueses dixéronlle a Europa que había sendas para percorrer», clamó Caballero para recordar que Vigo fue la primera plaza del continente que logró hacer retroceder la ocupación de las tropas napoleónicas. «A Reconquista continúa hoxe», recalcó en su alocución desde el balcón hacia la Porta do Sol, reclamando a los vigueses ánimo para seguir luchando en favor de la ciudad. «Animo á revolución. ¡Viva Vigo!», concluyó Abel Caballero para dar inicio a la recreación de las escenas que devolvieron la libertad a la villa en el siglo XIX gracias a la decisión de la ciudadanía.

La fiesta de la Reconquista se puso en marcha en 1997 por iniciativa de la Asociación Veciñal e Cultural Casco Vello. Las primeras representaciones de la expulsión de los soldados galos pasó casi desapercibida para la mayoría de la ciudadanía entonces, como también le ocurrió a la primera acción que puso en valor la celebración de la historia acuñada en 1809, y que consistió en 1994 en marcar el recorrido de la antigua muralla de la villa y acompañar la cita con actuaciones musicales, todo ello de la mano del Concello.

La mayor fiesta civil de la ciudad da paso el próximo fin de semana a otra celebración en el Casco Vello, los Maios, para exaltar la naturaleza.