El padre devolvió al menor en Vigo el miércoles por orden judicial pero podrá visitarlo en el país helvético
05 may 2018 . Actualizado a las 13:40 h.La madre afincada en Suiza que acaba de recuperar a su hijo de 3 años, cuyo padre se lo llevó a Vigo en enero, ya ha regresado con el menor al país helvético. Laila A. recibió al pequeño en Vigo de manos del padre, que lo tuvo en su poder durante casi cuatro meses. Los tribunales le ordenaron entregarlo en la fecha acordada, que fue fijada para el día 2.
Antes de la entrega, los progenitores cerraron un pacto en el que queda fijado que la madre ostentará la custodia del menor a cambio de que el padre pueda hace visitas mediante un régimen que no ha trascendido.
A mayores, en Suiza las partes abrirán un procedimiento de familia para elevar al juzgado dicho pacto, que será documentado por escrito y quedará oficializado.
Termina así la pesadilla para la brasileña Laila A., quien reside en su casa materna de Zúrich, en Suiza, donde trabaja. Hace un año se marchó de Vigo con el pequeño en un momento procesal en el que el juzgado aún no había decidido sobre la custodia del menor, que se disputaba con su exnovio de Vigo.
Aprovechando el vacío legal, el padre convenció a la mujer para que le dejase visitar en Reyes al pequeño. Tras estar dos días alojado en la casa de Zúrich, el progenitor se llevó al menor en medio de la noche. La madre movilizó a la policía cantonal y denunció la desaparición. Carteles con la foto del menor y el padre se colocaron en todo el país.
A los pocos días, el progenitor se presentó en el juzgado de Vigo para presentar al menor y demostrar que estaba en buen estado. Siguió con él varios meses.
El Juzgado de Instrucción número 5 de Pontevedra, especializado en familia, dio la razón al padre porque la estancia en Suiza del pequeño era ilegal y, por tanto, no se podía regular por el convenio de secuestro de menores de La Haya. El abogado de la perjudicada apeló a la Audiencia, que ordenó la devolución del niño a la madre porque su casa es ahora Suiza. El padre recurrió al Tribunal Constitucional pero, finalmente, devolvió al niño.